La antigua actividad industrial de Xàbia no deja de sorprender. Sus calles acogían todo tipo de negocio y fábricas: escobas y pinceles de palma, elaboración de productos de esparto, ropa infantil de lana e incluso había una embotelladora de agua, entre otras industrias.
Hoy descubrimos Exportadora Levantina, la fábrica de cortadillos de azúcar de Xàbia que distribuía a toda la Comunidad Valenciana y la zona de la Roda en Albacete.
Era a finales de los años 50 y principios de los 60 cuando Vicente Mengual Mengual deja de exportar la uva pasa debido a la decadencia de este producto por la competencia exterior e inicia un nuevo negocio aprovechando la empresa creada. Se trata de una fábrica de cortadillos de azúcar que mantendría el nombre de su antigua sociedad, Exportadora Levantina.
La fábrica se instala en la planta baja de la calle Virgen de los Ángeles, 27. La nave, de unos 200 metros cuadrados, acogía toda la maquinaria necesaria para crear y empaquetar los terrones de azúcar que se repartían posteriormente en bares y cafeterías.
Exportadora Levantina era la única fábrica de este tipo de producto de toda la zona. De hecho se convirtió en lugar de visita y atractivo industrial. La fábrica recibía visitantes o turistas que querían conocer su funcionamiento.
La elaboración de los cortadillos de azúcar
Esta negocio industrial de Xàbia de la década de los 60 tenía entre ocho y diez trabajadores, quienes se encargaban de dar forma de cortadillo a la gran cantidad de azúcar a granel que llegaba a la fábrica.
Según nos cuenta la hija de Vicente, Rosa Mª Mengual, el proceso era sencillo: primero se hacia un jarabe dentro de una cubeta y se añadía el azúcar que llegaba en sacos. Posteriormente, una vez apelmazado el azúcar se pasaba por una máquina que le daba la forma cuadrada y en la misma cinta transportadora pasaban por un túnel de bombillas que a través del calor secaban el terrón.

Hecho el cortadillo se empaquetaba y se colocaba en cajas para su distribución a través de la empresa de transportes Ros de Xàbia.
El cierre
El fin de esta fábrica llegó en 1973 cuando falleció su fundador. Su descendencia no quiso seguir con el negocio y tuvieron que cerrarse las puertas. Así pues, otra empresa de Xàbia ponía fin a la actividad industrial. Exportadora Levantina desaparecía tras 14 años activa, aunque su nombre, como patente permaneció varios años por mantener el símbolo sentimental.
Ahora solo producimos turistas
Asi es .
No hay tejido empresarial y esto nos está llevando al abismo ya que dependemos exclusivamente del turismo.