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‘Más Xàbia’, por Juan Legaz Palomares

27 de junio de 2020 - 00:09

Como no estoy dispuesto a que esta terrible pandemia me asfixie en la desesperación y el temor a la muerte, me refugio en las maravillosas virtudes de mi querida Xàbia con los cinco sentidos, que siempre me estimula y alivia en las penalidades.

La Vista: Se recrea con entusiasmo, con regocijo de los contrastes que tu montaña y tu mar conjugan en el mismo lugar, en el mismo instante, haciendo resplandecer la luz del alma, que queda extasiada y absorta. Mires desde donde mires, te sientes donde te sientes, en el Montgó, en la Plana, en el Cabo La Nao,
de frente, de espaldas, siempre caminas hacia el cielo. Unos contemplan tu belleza al amanecer, otros al mediodía, algunos al atardecer y la mayoría todo el día. Y además…

Allí, donde el mar se junta con el cielo.
allí, quisiera besarte,
allí, que con la vista no llego,
allí, por siempre adorarte.

El Oído: Se regala ante cualquier sonido que resuene en derredor para enaltecer el espíritu al escuchar: unas veces el ruido de las bravas olas y en otras el sosiego del mar. La brisa suave al atardecer, al amanecer acaricia suavemente la piel y con el agradable sonido del graznar de las gaviotas te adormece gratamente. No menos interesante resulta tu grandiosos y extraordinarios “castillos de fuegos artificiales”. Tus atractivas, divertidas y devotas Fiestas, como las Cruces de mayo en honor a tu adorable Nazareno, Les Fogueres en honor a Sant Joan, los Moros i Cristians en julio, y en las Fiestas de septiembre, en honor de la MARE DE DÉU DE LORETO, (la vista se recrea y el oído se regala). El fantástico castillo, desde la plataforma instalada frente al faro verde, despegando del mar hacia el cielo, del cielo hacia el mar y del mar hacia el cielo, se recrean la vista y el oído, combinando colorido, resplandor y estruendo, que iluminan la Bahía y la convierten en un lugar majestuoso, en la encrucijada entre el Cabo La Nao y el Cabo San Antonio, mientras todo el que lo contempla queda
extasiado y embobado, no pudiendo articular palabra, y como mucho exclama: OOOHHH… y no puede resistirse a repetir al año siguiente. Y…

Para acunarte en las olas
donde el amor brille siempre,
para oírte a todas horas
sin que nada impida verte.

El Olor: Con que embriaga en las cuatro estaciones del año el aroma de tus flores, tus naranjos (oliendo a azahar), tus pinos arropando tu precioso mar, elevando sus erguidas cúpulas hacia el cielo, que son un estandarte magistral, la variada vegetación, que te adorna y engalana, así como ese olor a mar y a
marisco al amanecer, al atardecer y a todas horas del día. Porque:

Cuando amanezca el alba
sea el principio y no el fin,
para que el sol llegue al alma,
y el olor me llene de Ti.

El Gusto: El paladar se recrea con la multitud y variedad de tu gran riqueza marinera, de peces que se arremolinan en tu reserva marina. Su sabor especial (peces que se alimentan de tus vetustas rocas y de tu exquisito plancton, etc.), hace que sean uno de los manjares preferidos de los autóctonos y visitantes. Tampoco hay que descartar tus sabrosos y variados productos mediterráneos como los cereales, uva de mesa (única y excelente), fruta, verduras, naranjas, etc.) que despiertan el paladar y abren el apetito con sus exquisitos y deliciosos
sabores. Para:

Que el aire los besos lleve
con las olas a la orilla,
para que el gusto me llegue
cuando tu Bahía brilla.

El Tacto: Se estimula la sensibilidad táctil y corporal, simplemente con recibir la caricia de la brisa dulce y suave de tu mar y el aire aromático de la variedad de flores de tu montaña, que endulzan y suavizan toda la dermis del cuerpo, por la que resbalan con mimo, embriagándote de éxtasis de felicidad espiritual, que con
arrebatadora tranquilidad, te envuelven en esa brisa y en ese aire acaramelado que te elevan entre algodonadas nubes, al contacto con la gloria celestial. Porque:

Allí, en el inmenso mar,
sin otro techo que el cielo,
allí, quisiera palpar,
tu amor y el mío, en un velero.

Juan Legaz Palomares.

1 Comentario
  1. Eva Klindworth dice:

    Juan Legaz Palomares, preciosa y muy cierta la prosa que escribe Vd. con tanto fervor sobre Javea. Tambien yo lo considero mi refugio donde reponerse del dia a dia mailpero…….si no existiese cada vez mas un ddd descontrolado que hasta me impide….. cruzar……la carretera de la Guardia
    para llegar a La Caleta.


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