La javiense Rosana Chorro emprende una campaña solidaria con Perú

La javiense Rosana Chorro de 21 años y campeona de España de Muay Thai está cursando en este momento cuarto de medicina en la Universidad de Valencia. Este verano decidió emprender un viaje organizado por una ONG a Perú con Rocío Belda, compañera de carrera para trabajar en un hospital de la zona y Alejandro Castillo, un estudiante de Fisioterapia que fue a trabajar a una residencia de ancianos que tiene su sede en Valencia. Un viaje que sin duda, ha cambiado sus vidas. Rosana y sus compañeros de viaje se instalaron en Cuzco en la casa de una familia de clase media. Nada más llegar fueron conscientes de la cruda realidad que vivían en Perú, en la casa sólo había agua durante una hora al día, eso en el mejor de los casos de que hubiera agua y las instalaciones eléctricas, que las había, era mejor no utilizarlas debido al mal estado en el que se encontraban. Pero lo peor estaba por llegar. Había un hospital en el que sólo los turistas y la gente rica podían ser atendidos ya que los locales no podían costearse la sanidad y para poder ser atendidos debían ir a una especie de centro de salud en el que había un médico y dos enfermeras para unas 24.000 personas. Aquí era donde Rosana y su compañera trabajaban día a día y dónde han visto historias difíciles de olvidar.

Los ciudadanos con sus hijos realizaban colas desde las 4 de la mañana para se atendidos, los casos más graves eran pasados al médico, los demás eran atendidos por las enfermeras. Cuando el médico decidía, esa cola se cortaba y los que se habían quedado debían de volver al día siguiente para ser atendidos fuera cual fuese el motivo de su consulta. Tanto Rosana como su compañera Rocío vieron enseguida los problemas de la sociedad, entre ellos uno de los más comunes era la inexistencia de anticonceptivos, no sabían lo que era un preservativo por lo que las mujeres cogían infecciones por las que sus hijos morían al nacer por ser infectados. Rosana nos contaba, "las mujeres tenían infecciones muy graves y cuando veías las fichas de las pacientes ponía: Número de partos, 7, hijos vivos, 2". Rosana afirma que los medicamentos tienen un coste de 0,30 céntimos de euro, un euro o dos euros en el que caso de tratamientos de larga duración, para nosotros precios ridículos, para ellos precios inalcanzables.

Rosana y su compañera decidieron pagar los tratamientos de los niños porque era inhumano ver como morían porque sus madres no podían pagarles un tratamiento a sus hijos en un distrito de Cuzco en el que hay más de un 50% de mortalidad infantil. Tras una cruda realidad diaria, Rosana conoció a una mujer que había sido violada y que presentaba heridas muy graves. La mujer acudió con su hijo de cinco años, José Omar, y aseguró no querer ser curada porque no tenía "plata para pagar el tratamiento y las curas". Rosana y Rocío decidieron pagar el tratamiento a la mujer que valía tres euros y Rosana la curaba de manera gratuita. José Omar iba todos los días con su madre a la consulta y después de conocer la historia de la familia, Rosana decidió apadrinar al pequeño que aseguraba que su mayor deseo era probar una galleta de chocolate. Además de comprarle ropa y comida a José Omar, Rosana le llevó al dentista y "con tres euros le arregló toda la boca sin anestesia ni nada y el niño durante las casi tres horas que duró la consulta no se quejó ni un solo segundo". Rosana no descarta la opción de traerse al pequeño algún verano a Jávea para que pueda ver cosas que nunca ha visto y disfrutar de los privilegios que nosotros tenemos.

Las historias que Rosana ha vivido con tan solo un mes de estancia en Cuzco son interminables y antes de volver a España, ella y su compañera decidieron que iban a poner en marcha una campaña solidaria para conseguir medicamentos y ropa para Cuzco. "Sabemos que no vamos a salvar el mundo pero esa es la realidad que hemos vivido y tenemos que hacer lo posible para ayudarlos", afirmaba Rosana, además, "con dos euros come un niño y con sólo un euro se desparasita un niño". Antes de volver se pusieron de acuerdo con las enfermeras y a través de un número de cuenta solidario enviarán todo el dinero recaudado, sólo pusieron una condición, que una vez recibido el dinero y comprado todo lo necesario, les enviaran un recibo con todo lo que habían comprado con el dinero recaudado. Se han asociado con una asociación de la Universidad de Valencia que se encarga de todo el tema legal de los envíos y han llenado las facultades con huchas para colaborar con un euro, además, en la facultad de Medicina han colocado una gran urna realizada por el escultor de Jávea Toni Marí.

Rosana está muy agradecida con la participación de la gente ya que en su facultad realizarán dulces para vender a sólo un euro. Tal y como ella afirma, "entre mi compañera y yo es muy difícil llevar todo esto adelante por lo que gracias a la gente se está convirtiendo en una campaña en cadena en la que cada uno aporta su granito de arena". Rosana espera que Jávea se vuelque también en el proyecto ya que "un euro no nos cuesta nada de aportar", por ello ha colocado huchas en las farmacias del municipio, en la peluquería Verónica, peluquería Halo, Bodega Miguel y "en todos los comercios que quieran colaborar colocando la hucha de la campaña". Además, ella se encarga de la recogida de ropa durante los fines de semana cuando viene a Jávea.
Quien lo desee puede llamar a Rosana para entregarle la ropa al 633 622 218 o si lo prefieren se pueden poner en contacto con ella a través de la página de facebook de la campaña, SOS PERÚ, o a través de su Facebook personal, Rosanna Chorro. La campaña estará activa hasta el 30 de octubre ya que quieren realizar el envío el 4 de noviembre "antes de empezar los exámenes de la carrera y si todo va bien empezaremos otra en febrero cuanto terminemos los exámenes". Rosana espera la colaboración de muchos de los vecinos de Jávea para que los pacientes del centro médico en el que ha trabajado, no tengan que renunciar a los medicamentos por no poder pagarlos.