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Las fiestas de La Plana de Jávea: cuándo son, actividades e historia

01 de agosto de 2020 - 13:15

Les Festes de La Plana, en honor a la Mare de Déu dels Àngels o Virgen de los Ángeles, son unas fiestas tradicionales enmarcadas concretamente en una zona de Jávea, La Plana: La Plana de Xàbia es la parte en la que el Montgó forma un altiplano que desciende hasta el mar, con final en el Cabo de San Antonio. Se encuentra alejada del casco urbano y tiene unas características especiales, porque es una zona en plena naturaleza, a caballo entre la montaña y el mar, y donde reina la tranquilidad. Por estos motivos, en el siglo XIV fue elegida para fines religiosos y de recogimiento por ermitaños que buscaban lugares apartados donde encontrarse con dios. Este es el germen del Monestir de La Plana o Santuari de la Mare de Déu dels Àngels, punto neurálgico de las fiestas.

A continuación tienes un índice con todos los puntos que vamos a tratar.

Cuándo y dónde son

Los primeros días de agosto, en torno a la festividad de la Virgen de los Ángeles, que es el día 2. Normalmente las fiestas se celebran entre el 1 y el 3, y el lugar central es el Monasterio de La Plana.

Actos

El acto central es la misa que se celebra el día 2 de agosto por la mañana en el Santuario, seguida por la romería con el cuadro de la virgen alrededor del monasterio.

La parte lúdica y de hermandad de estas fiestas suele estar compuesta por despertà con dolçaina i tabalet (los instrumentos típicos valencianos, de viento el primero, de persucisón el segundo), verbena popular, juegos, degustaciones de coca maria y mistela, cenas de hermandad (sopars de germanor), tómbolas, rifas, juegos y meriendas para niños.

Historia y tradiciones

Según la tradición, en el siglo XVII, tres siglos después de la destrucción del Monestir de La Plana por parte de los piratas berberiscos, unos cazadores encontraron un lienzo de la Mare de Déu dels Àngels escondido en el tronco de un árbol. Esta pintura se colocó en la ermita que se construyó sobre los restos del antiguo monasterio, y desde entonces es objeto de veneración. Según el libro "La Plana, terra del llebeig", de Zurriaga i Agustí, en 1864 el escritor valenciano Vicent Boix hizo esta descripción de la fiesta:

"El día 2 de agosto ofrecen estas cumbres una perspectiva altamente variada, alegre y religiosa a la vez. Los habitantes todos de la villa de Jávea, sin distinción de clases, y con ellos los de los pueblos limítrofes y de algunos más distantes, llenan esta magnífica soledad, acudiendo a celebrar anualmente la festividad de la Virgen y a ganar la indulgencia concedida en 1787 por el papa Pío VI. La víspera por la tarde se ve flotar sobre la torre de la Capilla una o dos banderas, en señal de la festividad inmediata. Desde aquella tarde y a los primeros albores de la mañana siguiente se ven venir por todas las sendas multitud de gentes, ya a pie, ya a caballo, que acuden a rendir a la sagrada imagen el testimonio de su fe y de su reconocimiento."

Antiguamente, las casas de La Plana se llenaban de amigos y familiares que subían hasta allí a las fiestas. Los actos principales eran la misa y la procesión. También había una dansà (un baile) con dolçainers (músicos que tocan la dolçaina): la dansà salía del patio de la ermita y llegaba al final del camino de cipreses que hay al lado, daba la vuelta en la cruz y volvía al patio de la ermita. De nuevo, según la obra de Ferran Zurriaga i Agustí, así continuaba la fiesta:

"Després de la dansà, la gent continuava de festa en les casetes on seguien fent ball i molta gent es quedava a dormir per baix dels garrofers. Al rompre el dia, venia la "rompuda" i els caçadors començaven a córrer La Plana. Cada grup de caçadors -les caçades- en prenia possessió d'una part. Després quan començava la missa tots anaven a l'ermita. Allí, al voltant de l'ermita, hi havia les parades que feien amb canyissos: dos o tres sucrers i també feien bunyols. Després de la missa, la processó que es feia pel mateix camí que la dansà i després la traca i la carrera de gall. Els corredors es posaven en filera, s'alleugerien de roba, i en aquesta situació començaven a tocar els dolçainers; un majoral donava la veu de partida dient: "a la una, a les dos, a les tres" i eixien amb tot el seu poder els corredors per a prendre el gall que penjava de la mà d'un majoral..."

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