La pandemia global del coronavirus ha hecho que el xabiero, Lucas Muniz, tenga que abordar su viaje en bicicleta con destino La India. La aventura la inició el pasado mes de octubre, y los intentos por seguir adelante han sido incansables; «en Grecia empecé a escuchar algunas informaciones sobre el coronavirus, pero al llegar a Turquía, este tema ya estaba en boca de todos, aunque no pensaba que fuera grande. Busqué alternativas y otros itinerarios porque la frontera con Irán estaba cerrada, pero era imposible cruzar», explica Lucas.
Ante estos impedimentos, «mi idea era seguir adelante hasta que pudiese, pero era imposible pasar por China o el Mar Caspio. Cada vez había más restricciones en otros países, llegando a pedir hacer cuarentena en un hotel antes de acceder, cuestión que económicamente no podía permitirme», cuenta este joven xabiero.
Así, que finalmente, «sin querer abandonar, tuve que tomar la decisión de volver a España antes de que las cosas empeoraran», señala Muniz y añade, «me encontraba en Georgia y pensé que si en el primer mundo las cosas se estaban poniendo difíciles, no sé que podría encontrar en otras zonas no tan desarrolladas. Además, comenzaba a ver discriminación hacia los turistas».
En cuestión de dos días, Lucas tomó la decisión de regresar a España. Fue la madrugada del domingo 22 de marzo cuando tomó un vuelo a Madrid, prácticamente de los últimos antes de que se cancelaran las salidas. Atrás deja 7.200 km hechos en bici y una magnífica experiencia personal para la que no tiene casi palabras para describir, «emprendí este reto con la idea de disfrutar de las vistas y la naturaleza pero tengo que destacar que lo que más me ha impactado ha sido la hospitalidad de la gente, me han ofrecido alojamiento, plato de comida caliente y eso es de agradecer» y resalta que otra cosa que le sorprendió mucho «es la cantidad de basura que lamentablemente hay en la naturaleza. En las ciudades hay servicios de limpieza, pero es horrible ver, por ejemplo,todo lleno de plásticos en los ríos».
«La experiencia ha sido muy dura pero muy fructuosa. Hay que tener un gran aguante psicológico para poder seguir día a día y no abandonar. El invierno ha sido difícil, mucho frío, vas sólo y te paras a pensar si es mejor volver, pero me mantuve fuerte y luche por seguir», manifiesta Lucas.
En el camino, este xabiero ha encontrado a buenos amigos, aunque durante meses estuve acompañado por mi prima en el tramo de Francia a Bosnia, «en mi trayecto me he ido encontrando con otros ciclistas con los que compartí recorrido. Fue en la zona de Turquía, el viaje se hizo más ameno».
Ahora, su ilusión por recorrer el mundo se ha visto truncada, pero Lucas no tira la toalla, «tengo pensado dar continuidad a esta aventura, aunque no sé si voy a retomar desde donde lo he dejado, ya que los problemas fronterizos podrían continuar por mucho tiempo; no sólo por el virus, sino por los problemas políticos anteriores entre Pakistán e India por ejemplo».
Sin duda, Lucas Muniz es un ejemplo de valentía y fuerza. El coraje por adentrarse en cada lugar desconocido llena de más valor su aventura. Un reto que de seguro consigue cumplirlo.