En la Xàbia de mediados de los años 50 existían dos ubicaciones del conocido Bar Noy; uno en pleno centro histórico y otro en la playa del Arenal. Este mítico bar debe su nombre a su propietario, quien, tras una temporada en Cataluña, fue apodado el ‘NOY’ (el niño). Al regresar a Xàbia, decidió llamar a sus negocios con este apodo, sin imaginar que se convertirían en un punto de encuentro de la vida social y cultural de la localidad.
Pero la historia del Bar Noy realizó un giro significativo en 1954, cuando la familia Iborra, vecina de La Nucia, decidió establecerse en Xàbia para iniciar una nueva vida. Compraron el Bar Noy situado en la Punta del Arenal, en un extremo del Primer Montañar, por 45.000 pesetas. Este establecimiento no solo era un gran bar con terraza, sino que también se convertía en la vivienda de los dueños en la parte superior.
Durante los primeros dos años, el Bar Noy operaba solo en temporada alta, desde Semana Santa hasta el final del verano. En invierno, el dueño regresaba a su pueblo para trabajar en la agricultura y así ganar más dinero para mantener a la familia. Sin embargo, en 1956, la familia Iborra tomó la decisión de mantener el bar abierto durante todo el año.
Este local se convirtió en un lugar de encuentro de amigos y para celebraciones, como bodas, ya que tenía capacidad para albergar a más de 200 personas. Además, autobuses llenos de visitantes llegaban para disfrutar de sus comidas.
Ana, hija de los propietarios, recuerda esos días con nostalgia, «como antiguamente no había teléfono, la llegada de estos turistas suponía correr para darles de comer. Ya que sin reserva aparecían de repente unas 100 personas».
Además, Ana y su hermano Jaume recuerdan cómo su padre iba en moto a la fábrica de hielo para mantener fríos los productos, «ya que en ese entonces no había neveras. Venían los productos del día como el pan y las hortalizas en carro».
En cuanto a las especialidades de comida, cocinaban de todo: carne, pescado y arroces, pero una de las señas de identidad del Bar Noy eran las paellas a leña, una tradición que ya practicaban en los años 50. Este detalle, junto a la hospitalidad de sus dueños, hizo del Bar Noy un lugar muy querido por vecinos, turistas e incluso famosos.
Y es que, ya en los años 50, Xàbia era escenario para el rodaje de varias películas y sus actores pasaban por este bar para degustar las especialidades de Xàbia y de España. «Paco Rabal, Errol Flynn o Robert Stack fueron algunos de los actores que pasaron por nuestro bar pidiendo paella y tortilla de patatas», señalan los hermanos Iborra.
Pero, lamentablemente, la historia del Bar Noy tuvo un final. Fue en 1963, cuando el gobierno expropió el bar para construir el Parador Nacional. Ana recuerda ese momento como traumático: «recuerdo a mis padres llorar, y más cuando derruían la instalación del bar. Mis padres lo perdían todo, porque era también nuestra vivienda. Nos quedábamos sin nada». «La compensación económica recibida fue insuficiente, apenas alcanzaba para pagar las maderas del pequeño chiringuito ‘El Delfín’ que les permitieron montar en la playa del Arenal a cambio de lo que habían conseguido durante estos años», indica Ana.
«En la memoria quedan los recuerdos de aquella infancia. Era una niña, pero viví aquella etapa de una manera diferente. Era amiga y cómplice de los clientes. Ponía música y recuerdo cuando mi madre me mandaba a dormir pero era imposible por el jaleo del comedor», recuerda Ana.
Aún así, ese final no marcó el fin del espíritu emprendedor de la familia Iborra, quienes, a pesar del episodio sucedido, continuaron en el sector de la hostelería. Ahora, esta parte de su vida, queda en la memoria de los más mayores de Xàbia, los que vivieron y conocieron el Bar Noy del Arenal como el epicentro de la vida social de Xàbia, aunque también es verdad, que su hermano, el Bar Noy situado en la Placeta del Convent, fue otro de los locales referentes de Xàbia en el siglo pasado.
Cuantos buenos recuerdos me trae el bar Noy y la familia Iborra. Grandes amigos míos y de mi familia Antona. Ana y yo nos conocimos a los 9 años. Íbamos juntas a la Academia Surco y, junto a algunos compañeros, pasamos muchas fiestas pascueras en su bar. Aunque me fui d Xàbia tras ocho años allí nuestra amistad perdura y nos vemos con mucha frecuencia pues no he dejado de ir a Xàbia desde entonces.
Cierto hermana,muy buenos recuerdos compartidos con nuestra querida Ana&familia.
Preciosos momentos los vividos junto a mi querida familia Iborra,en el bar Noy.Hoy sigue nuestra amistad.
Siiiii!!! Cuantos días hemos pasado juntas en el bar noy.. Y seguimos viéndonos a menudo 🤗
Grandes recuerdos de nuestra niñez Ana.
Siiiii!!! Cuantos días hemos pasado juntas en el bar noy.. Y seguimos viéndonos a menudo 🤗
Muy cierto y nostálgico. Para nosotros, el grupo de amigos, era un paseo y lo pasábamos muy bien; en pandilla nos íbamos andando y en el camino, desde Aduanas hasta el Arenal cantábamos, hablábamos y organizábamos guateques o excursiones al Montgó, Calablanca y hasta la Granadella; entonces todo se hacia andando, el coche y la moto era un lujo del que carecíamos y, a Dios gracias, no existían los celulares, ni internet, ni el guasap, nos comunicábamos a viva voz o a «grito pelao» para salvar la distancia. La comunicación era tan personal y familiar que, pese a los años, aún permanece viva entre los que quedamos. El Bar Noy del Arenal forma parte de nuestros recuerdos.