En la sesión plenaria de Xàbia celebrada ayer lunes se acordó iniciar un análisis de la situación de la red de saneamiento y alcantarillado. Esta decisión conjunta se tomó a raíz de una moción presentada por el Partido Popular sobre los problemas provocados por las toallitas higiénicas, ya que hace una semana, se produjo una fuga de vertidos fecales y toallitas en el río Gorgos..
Todos los portavoces municipales votaron a favor de unirse y trabajar conjuntamente en busca de soluciones para evitar vertidos y la contaminación de las toallitas. Todos los grupos han convenido que, dada la complejidad de los retos que rodean al saneamiento, lo más conveniente era dejar esta propuesta sobre la mesa y plantear un compromiso más general y refrendado por todas las fuerzas políticas.
De esta manera, se impulsará un estudio global del sistema, en el que se analizará su red de alcantarillado y sus posibles carencias, fijando un plan de trabajo con todas las acciones que se pueda impulsar desde el municipio de cara a mejorar la gestión.
Asimismo, según indicó el primer edil, José Chulvi, este compromiso se trasladará a la comisión informativa de urbanismo y obras, y también buscará involucrar a la empresa municipal de aguas, Amjasa.
La red de saneamiento y la estación depuradora de aguas residuales(EDAM) de Xàbia están gestionadas por una empresa privada bajo un régimen de concesión impulsado por la Entidad Publica de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunidad Valenciana (EPSAR-CV) y que expira en 2023.
Probablemente, el mayor problema sea la conexión de aguas pluvisles al alcantarillado de las fecales. Cuando llueve, el alcantarillado no tiene la capacidad de absorber ese volumen de agua, ni tampoco la depuradora. Por consiguiente los vertidos no sólo pasan en el alcantarllado del Rio Gorgos sino también en otros puntos de la localidad. Puede que haya mas problemas con el alcantarillado pero los vertido de aguas fecales no desaparecerán mientras aguas pluviales sigan conectadas al alcantarillado de las fecales. Además, resultado de estas prácticas es que aguas pluviales que deberían terminar limpias en el mar terminan contaminadas, contaminan el mar y producen los vertidos fecales en el pobre mar.