Hoy se cumple un año en que la guerra estalló en Ucrania. De la noche a la mañana, Rusia invadió las ciudades ucranianas provocando el miedo a toda una población. Las prisas por huir de su ciudad y velar por sus vidas era la prioridad de muchas familias pero, ¿a dónde irían?.
Recordamos que en los primeros días y semanas la llegada de ucranianos a Xàbia era masiva. Decenas de mujeres y niños buscaban un nuevo hogar. Atrás dejaban su vida en Ucrania y parte de sus familias. El dolor de dejar todo era incurable, pero había que ser fuerte y seguir adelante.
La comunidad española, y en concreto la población de Xàbia, se volcó de lleno en dar ayuda y apoyo a todos los llegaban en busca de refugio. Casas y familias de acogida, comida y ropa fueron algunas de las primeras acciones que se llevaron a cabo. Se esperaba que la guerra apenas durara unas semanas o incluso algún mes. Pero no, hoy, 12 meses después, la guerra de Rusia contra Ucrania continúa.
Decenas de familias ucranianas siguen en Xàbia. Han hecho de su lugar de refugio, su lugar de vida, adaptándose por completo a la cultural e integrándose, desde el primer día, en cada una de sus costumbres y fiestas. Así nos lo cuenta Kateryna Polovian, que llegó a España a mediados de marzo de 2022. Primero lo hizo en Barcelona, quedándose sus hijos en Polonia en casa de sus hermanos. Kateryna cuenta que gracias a Cruz Roja siempre le facilitaron alojamiento y comida bien en hoteles en su estancia en Barcelona y luego en Calafel.
Pero Polovian necesitaba estar cerca de sus hijos, por lo que paralelamente buscó casa para alquilar y poder estar la familia unida siendo su destino Xàbia, un pequeño pueblo a miles de kilómetros de su ciudad natal. "Mi primera impresión de Xabia fue la gran amabilidad de las personas. Mis dos primeras noches antes de entrar a la casa de alquiler fueron en un hotel. Recuerdo que en el momento de registro, el propietario se negó a aceptar dinero cuando vio mi pasaporte ucraniano. Esto fue absolutamente insospechado y muy amable", destaca Kateryna.
La vida empezaba desde cero para la familia Polovian. Los niños desde que llegaron de Polonia en el mes de mayo continuaron su educación en un colegio de Xàbia e iniciaron clases de apoyo a través de Cruz Roja; clases que siguen recibiendo semanalmente.
"Recuerdo que al principio de vivir en Xàbia nos proporcionaron tickets para comprar comida en el supermercado durante 3 meses, como una especie de apoyo, así como libros para los estudios de los pequeños. Y estoy muy agradecida de todo el tipo de apoyo que hemos recibido en todas partes: organizaciones, escuela, padres y personas en general", dice Kateryna.
Kateryna, que trabaja en una empresa internacional de investigación clínica, consiguió un traslado en su puesto de trabajo pasando de la oficina de Ucrania a la de España "y gracias a ello soy independiente y estoy lista para apoyar también", manifiesta Kateryna tras casi un año viviendo en nuestra localidad.
Un año en el que se han adaptado a la perfección, "en los primeros meses vivimos las fiestas de San Juan y nos estamos integrando muy bien en la cultura local y gastronómica. Ya he hecho mi paella casera", comenta esta vecina ucraniana.
Polovian manifiesta que el proceso de integrarse fue fácil "puede que al trabajar con gente de todo el mundo me haya ayudado, pero gracias al rápido apoyo del gobierno central y municipal para los refugiados de Ucrania para recibir residencia temporal, atención médica y permiso para trabajar, así como el ambiente amigable de todas las personas de esta localidad han ayudado en este proceso".
De hecho, Kateryna señala que sus hijos están también muy adaptados, "participan en todas las actividades del centro escolar y muestran con dibujos su integración".
Ahora, lo más importante para esta familia es la seguridad; "estamos felices aquí, se demuestra que no hay fronteras para la amabilidad, la ayuda y el apoyo. Somos la esperanza del fin de la guerra y esperamos el día en que todo termine".
