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‘Nazareno, esa cruz es mi cruz’ por Juan Legaz Palomares

10 de abril de 2022 - 03:40

Las fiestas en honor a Jesús Nazareno, se celebrarán como es tradicional en mayo, pero su imagen ya ha llegado a la localidad, y en la Iglesia de San Bartolomé permanecerá hasta el día 3 de mayo que regresará a su ermita del Calvario, día memorable que alcanzará su punto más álgido con el montaje de las cruces de mayo y encaran la recta final cargadas de fervor y devoción popular.

Desde varios días antes, las calles del casco urbano y Aduanas del Mar se encuentran llenas de color y aroma a flores en una edición en la que la tradición está más viva que nunca. Más de una veintena de monumentos florales coronan las distintas calles del municipio. Este año 2022 con mucho más fervor tras estar suspendida su celebración durante dos años por la maldita pandemia. Por lo que, se ha vuelto más imprescindible que nunca la veneración al Nazareno.

En Jávea, la devoción y veneración al Nazareno, data del año 1767 en el que la imagen fue donada al pueblo por el duque de Medinaceli. La fe en el Nazareno no admite fisuras, es férrea, firme y resistente como una roca. Con razón la ermita donde habita durante todo el año "El Calvario (Calvari)" está a los pies del mítico, rocoso e histórico Montgó.

Cada año se celebra el emotivo ritual de ser trasladado de su mansión a la Iglesia de San Bartolomé durante varios días para ser venerado en el pueblo por los xabieros. Y el regreso a su ermita del Calvario se efectúa el 3 de mayo, el Día de las Cruces, ya que en Xàbia se conmemora dicha fecha con gran fervor. Se engalanan las calles con flores y se instalan vistosas cruces que se realizan con distintos materiales, como hierro, madera, piedra, cuerda, telas y elementos reciclados.

El 3 de mayo todo el pueblo en procesión acompaña al Nazareno desde la Iglesia de San Bartolomé hasta la ermita del Calvario. En el recorrido caminan en silencio y con devoción mirando atónitos su imagen y portando velas encendidas para implorarle que ilumine con su luz divina a Xàbia y sus habitantes.

Rememoran su dolor en la cruz, con sus clavos en manos y pies y su costado sangrando por la lanzada que le clavaron, y le ruegan que les perdones sus pecados, sus errores y sus miserias; sus rencores, sus odios, sus inquinas de las que Él dio buen ejemplo con el sufrimiento que padeció.

Continúan por el sendero siguiendo su imagen con la cruz a cuestas, por ese camino empinado hasta llegar al Calvario, esperando que llegue su luz divina para que conquiste sus almas y su corazón. En la cima se abrirán
las puertas de la ermita en la que se vislumbrará la verdad, el amor, el perdón y la paz que serán el broche de oro del final de la procesión.

Ahí afloran todos los recuerdos, peticiones y concesiones que los xabieros han recibido de su benefactor Nazareno. Su inquebrantable fe permanece inamovible y que se renueva cada año el 3 de mayo. En su honor, al final, la música, los fuegos artificiales y un emotivo ¡Viva el Nazareno!, explosionan en la pequeña ermita.

Y al despedirse, con gran solemnidad le dicen:

Ya voy tocando el madero
de tu escarnio y tu dolor
veo la luz en el sendero,
ya voy perdiendo el temor,
en Jávea, tu misericordia espero,
Nazareno, te lo pido por favor,
portar tu cruz, solo quiero,
para merecer tu amor.

Juan Legaz Palomares.

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