Si Xàbia se caracteriza por algo más que sus calas, es por su espectacular paisaje, en el cual destaca la piedra Tosca; una roca arenisca calcárea formada de dunas de playa hace unos cien mil años. Esta piedra porosa, con estructura suave y color miel luce como símbolo de Xàbia en casas y monumentos, pero con el tiempo, va desapareciendo.
Las costumbres van cambiando, las edificaciones modernas dejan a un lado las tradiciones, que hace desaparecer la piedra tosca de las edificaciones, y las nuevas tecnologías sustituyen profesiones de antaño. Entre estos cambios se encuentra la conocida profesión de 'Tosquero' o 'Picapedrer' (cantero). Un oficio tradicional en nuestra zona y al que le quedan los días contados.
Pepe Signes, gerente de Artosca y tosquero desde hace más de 40 años, siguió desde joven con la tradición de parte de su familia, y dio continuidad a una tercera generación de esta profesión, "pero en unos 5 o 6 años, cuando me jubile, acabará desapareciendo".
Por una parte, sus hijos no han querido seguir con el oficio y, por otra, la falta de demanda de este tipo de construcciones, así "como la falta de potenciar este trabajo por parte de las administraciones. La profesión ha mermado por interés político y económico", según señala Signes, ha provocado que quienes se han dedicado a ello no continúe y que en un corto plazo de tiempo quede en el olvido.
Pepe destaca que un operario precisa de unos cinco años de formación para aprender este oficio, "y no se ha fomentado ningún tipo de escuela o taller destinado a esta tradicional profesión. Ahora ya es tarde para recuperar esta tradición. Las escuelas existentes en Baleares y Cataluña han vivido también momentos difíciles por falta de gente preparada e interesada en este arte.
Y es que, nuestro protagonista de hoy describe este oficio como 'artista artesano' ya que con la modelación del bloque de piedra se crean verdaderas obras de arte. El oficio de tosquero podemos decir que es similar al de un escultor, con la particularidad de conocer cuáles son las herramientas adecuadas para dar forma, de manera manual y delicada, a la pieza de tosca y que ésta sea tallada para transformarla según las exigencias del cliente, "es una trabajo creativo que ahora se achaca a Bellas Artes, pero que no podrán elaborar por falta de conocimientos a la hora de esculpir".
En concreto, muchos de los monumentos de Xàbia atestiguan la importancia de la profesión de 'tosquero' en tierras valencianas. Elementos decorativos en viviendas y edificios civiles, esculturas, monasterios e iglesias son una muestra de este duro, antiguo y artesanal trabajo.
La Iglesia de San Bartolomé, un símbolo
Ahora bien, la puesta en valor de este trabajo se va a mantener en el recuerdo gracias a la reciente remodelación de la Iglesia de San Bartolomé en la que el arquitecto de este proyecto, Salvador Vila, ha apostado por recuperar la tradición local y contar con los maestros artesanos de Xàbia. "Fue una alegría recibir la propuesta de trabajar para la reforma de varias elementos de uno de los monumentos más importantes de Xàbia, el de la Iglesia de San Bartolomé", indica Pepe.
Los últimos trabajos realizados en este monumento por este tosquero de Xàbia y que quedarán en el recuerdo son las gárgolas, la ventana ojival de la parte sur de la Iglesia, una tronera, así como la recreación de las almenas y el muro de la Sacristía.
Sin duda, el arduo trabajo con lima, escuadra, mazo y cincel quedará a un lado, pero no en el olvido el oficio de tosquero que en antaño era esencial para sus edificaciones diarias.
javea dejara de ser un poco javea . pero la tosca seguirá en su paisaje. una pena
Pues que lastima.
Mientras tanto siguen llenándolo todo de cubos blancos …
Pero esto es labor urbanística sumada a la ley de oferta y demanda.
Si urbanismo respeta el paisaje y la construcción, la tosca seguirá siendo demandada.
Hay mucho más que los ingresos municipales para mantener la identidad de un pueblo y, lo siento, pero Jávea, en cuanto a protección de costas, urbanismo, ecología y basuras se llevaría el premio a las peores gestiones.
Mucho llorar, pero poca exigencia al Ayuntamiento. Es una pena.