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‘En época de epidemia, la escuela aminora su actividad: siglo XIX’, por Juan Bta. Codina Bas

28 de agosto de 2020 - 00:54

Antes de entra en el tema voy a hacer dos consideraciones sobre la evidencia del título de este artículo:

1ª. Platón decía que “Educar es dar al cuerpo y al Alma toda la belleza y perfección de que son capaces” y Juvenal en una de sus Sátiras dice. Se debe orar que se nos conceda una mente sana en un cuerpo sano que se ha interpretado erróneamente como “mens sana in corpore sano”.

2ª: La Constitución de 1812. “La Pepa”, dice: “En todos los pueblos de la Monarquía se establecerán escuelas de primeras letras”; En 1857 la Ley Moyano señala que entre los 6 y los 9 años la enseñanza es obligatoria, siendo gratuita para los pobres que no pudieran pagarla…

Estas últimas fechas se ha hablado de la problemática del inicio de curso en este estado de pandemia por la covid-19. Pero las citas de Platón y de Juvenal se hacen añicos cuando es el cuerpo quien vence al hacer que ante la posible falta de salud, sea el alma quien sufre las consecuencias. Es malo instruir un cuerpo que por el virus puede sufrir deterioro a instruirlo ante la posibilidad de que por esa instrucción se contagie y debilite. El alma o el espíritu sufre las consecuencias en estos casos. Esto ha ocurrido en diversas ocasiones en el siglo XIX, como se cuenta en mi libro: La enseñanza pública en Jávea en el siglo XIX y de las que ahora damos una síntesis.

Además de la epidemia de cólera que azotó a la comarca en 1834 por lo que bajó el Nazareno a Jávea tenemos otros momentos de azote de epidemias. En 1854 hay una epidemia de cólera que debió repercutir en la actividad educativa si bien en ese año aun no era obligatoria la enseñanza pero debió ser una epidemia muy virulenta.

En 1865 la epidemia de cólera tuvo su repercusión en la actividad educativa. La Real Orden de 23 de septiembre de 1865 prohibió ausentarse de la población a los profesores y maestros en caso de enfermedad epidémica. Hubo momentos en que se abrieron las escuelas pero con la indicación de que la asistencia a las mismas fuese voluntaria.

Es en 1884 cuando se clausuran las escuelas ordenada mediante circular de la Junta “En virtud de la circular publicada por la Junta provincial, encargando a los ayuntamientos y juntas locales, la clausura de las escuelas, como medio preventivo de evitar los peligros que la presente estación ofrece a la salud pública, todos los ayuntamientos de la provincia, han cumplido el encargo, cerrando las escuelas. Solo el pueblo de Orba se ha negado a satisfacer las justas indicaciones de la Junta, fundando su negativa en razones verdaderamente pueriles. Mentira parece que cuando todo el mundo justamente alarmado por fundados temores de una invasión colérica, procura cumplir con saludable rigor los preceptos higiénicos, se niegue el ayuntamiento de Orba a verificarlo y mantenga aglomerados en un local malísimo los niños de la escuela, sin más razón que un capricho injustificable. Afortunadamente la Junta provincial, que está dispuesta a hacer respetar sus acertadas determinaciones, obligará a aquel ayuntamiento a cumplirlas.”

Otro azote epidémico se desarrolló en 1885, lo que hizo tomar precauciones a la Junta de Instrucción que emitió la siguiente circular el 22 de junio: En vista de las circunstancias especiales en que se encuentran algunos pueblos limítrofes a esta provincia, con motivo de la enfermedad reinante, y teniendo en cuenta que la aglomeración de personas en locales mal acondicionados y poco higiénicos pueden producir el desarrollo de dicha enfermedad, considerando por otra parte lo avanzado de la estación, esta Junta en sesión de ayer, acordó manifestar a las (Juntas) locales de 1ª enseñanza, la conveniencia de que se proceda a la clausura de las escuelas públicas y privadas, a fin de evitar que la salud pública pueda sufrir alteración alguna por las causas indicadas. También se previene a dichas juntas locales que no se verifique la apertura de las escuelas hasta que pasadas las circunstancias actuales esta Corporación lo manifieste así en orden –circular. Alicante, 22 de junio de 1885. El presidente J. Ruiz Corbalán.

En agosto de 1889 se presenta una epidemia de viruela en Jávea. “Según dicen de Jávea, la enfermedad variolosa, que hace meses se presentó en algunas poblaciones de aquella costa, continúa causando víctimas, sin que las autoridades locales miren con bastante interés asunto que tanto afecta a aquel vecindario.” Y en 1890 continúa hasta el punto de que el alcalde de Jávea, … ha puesto en práctica las siguientes medidas: prohibición absoluta de entrada y venta de todas las especies de abasto procedentes de la huerta de Gandía; conducción de todos los viajeros que vengan de dicha parte al lazareto en donde purgarán cuarentena; comiso de frutas y legumbres tiernas que se expendan en casas particulares siempre que no se pruebe que se hallan cogido en el mismo término de Jávea.

Esta medida fue imitada por el gobernador de Alicante que prevenía "a los Sres. Alcaldes que queda prohibida en absoluto la venta de frutos y hortalizas procedentes de puntos infestados (sic), recomendándoles también la más exquisita vigilancia para que cuando aquellos artículos procedan de puntos limpios, sólo se entreguen al consumo si reúnen todas las condiciones de madurez necesarias para garantizar la salubridad pública". (Julio de 1890)

Fijémonos en la diferente repercusión en lo escolar de esta epidemia de viruela comparando con las de cólera. Y así llegamos a 1890. El rector de la Universidad de Valencia al comenzar el año lanza una proclama en atención al estado de la salud pública en esta capital y provincia y en toda España, autorizando a los directores de los establecimientos oficiales de enseñanza para que se aplace hasta el 20 del mes actual (enero de 1890) el plazo de las vacaciones.

Mucho deseamos que en ese plazo haya desaparecido por completo todo temor respecto a salud pública y puedan reanudarse tranquilamente las tareas escolares en todos los establecimientos de enseñanza.

Ya en el siglo XX vendrán otras epidemias como la llamada “gripe española” pero de eso sabe más el amigo Juan José Cardona Ivars que escribió en 1973 “La epidemia de gripe de 1918 en Benisa y su comarca” y el Dr. José Chabás que fue cronista de la misma a través de su revista médica a principios del siglo XX.

La historia es maestra de la vida.

1 Comentario
  1. Marc Ant. Adell dice:

    L’amic i company Codina, tan treballalor com sempre. Felicitats!…I bon curs! Marc Ant. Adell.


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