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‘Canto épico a los padres’, por Juan Bta. Codina Bas

06 de junio de 2020 - 00:40

En el anterior artículo hice un Canto épico a la música; lo hice sin dar explicaciones sobre el significado del título.

Las palabras canto y épica tienen un sentido que quiero dilucidar para que se entienda el sentido de este artículo y algún otro que quiero plasmar en este tiempo triste que sobrellevamos con un sentido de confianza en que es lo mejor que podemos hacer para protegernos del virus, pero que nos crea sensaciones negativas.

La palabra canto es una palabra que lleva alegría en su significado. Al cantar solemos estar contentos, mientras que la tristeza mueve al llanto. Y se canta al amor, a la felicidad, al bienestar, a la fiesta, a la unión, a los amigos, etc., Y no es necesario que el canto tenga que ir unido a la música.

En el Diccionario de la RAE, (edición de 2001) se dice en la acepción 7ª que es exaltación de algo o alguien. Y así lo concebimos en estos textos en los que vamos a exaltar a personas o hechos.

Pero la otra palabra que completa el título es el de ‘épico’. También el Diccionario nos dice que entre otras cosas es ‘grandioso o fuera de los común’. La unión de los dos significados nos induce a considerar que vamos a exaltar cosas grandiosas o fuera de lo común, si bien en los tiempos actuales las cosas de que vamos a hablar no están fuera de lo común, pero las circunstancias actuales nos han llevado a que hablemos de situaciones en las que son algo grandiosas estas situaciones y en esta ocasión vamos a exaltar la figura de los padres.

He hablado con dos músicos y en ambos casos he quedado sorprendido del papel de sus madres cuando estaban iniciándose en la música. En un caso, cuando estudiaba 3º de BUP y COU también estudiaba en el Conservatorio de Alicante y su madre a las 2:45 recogía a la muchacha y se iban a Alicante para que ella pudiera asistir a las clases esa tarde, un día a la semana, y al matricularse procuraba que los horarios de las distintas materias le permitieran dar en un día todas las que necesitaba y a las 9 de la noche, salía de la clase y regresaban a Xàbia.

En el otro caso iban al Conservatorio de Valencia y se producía el mismo relato y en este caso, las clases se daban el viernes por la tarde y el sábado por la mañana y los dos días tenía lugar ese viaje. Creo que el esfuerzo de esas familias (madre y padre) además del económico, tuvo su acicate cuando hoy la música es el centro de su vida, uniendo saber y afición, intereses y conocimientos.

Estas posturas no fueron únicas en esos momentos en que Xàbia no tenía Conservatorio sino que se repetía en muchas más familias.

Pero ahora vamos a este momento del confinamiento donde el estado de alarma ha propiciado que los estudiantes de todas las edades, no puedan desarrollar su trabajo en las aulas y lo tengan que hacer en casa. En ese caso, una nueva tarea para los padres que además no están preparados para ella así como los docentes que se están reinventando para poder hacer funcionar una «escuela a distancia», cuando su formación y experiencia es para una «escuela presencial».

Pero para que la «escuela a distancia» funcione las familias deben apoyar (motivando y reforzando los tiempos de estudio y atendiendo las dudas de los niños y niñas).

Los padres tienen que ayudar a los hijos en sus tareas escolares. Los hijos, según que edades, reciben las tareas a realizar, pero son los padres quienes deben estar a su lado para, si pueden, resolverles algunas dudas. ¿Saben los padres explicarles y adaptar a la mente de sus hijos lo que se les pide? Cuando veo la utilización de los más alumnos más mayorcitos de la Tablet, en donde están los ejercicios que a veces han de hacer en la misma Tablet, el padre o madre mete la cabeza para tratar de ver lo que se le pide al hijo y cómo resolverlo.

Los dos mirando la pequeña pantalla tratando de dilucidar la resolución del problema y a veces la redacción del mismo es confusa y hay que aclarar.

Los padres se enfrentan a un problema para el que no están preparados. Tampoco les enseñaron a ser padres, pero han llegado y ahora tienen que formarse en nuevas tareas que les aportan desde la escuela para que sus hijos las hagan, y siempre que tengan internet.

Pero todo no es esto: Una vez que el alumno ha hecho el trabajo lo han de escanear o hacer una foto y enviarlos al profesor. Nuevo tropiezo para hacer esto. Pero es que además hay trabajos que no son en papel sino de acción. Una madre ha de tomar en vídeo a su hija para una clase de danza y seguro que, si la vez primera se equivoca la hija al danzar, repetirán la toma hasta que salga bien y luego a enviar el vídeo al profesorado.

El profesor de Educación física mandó hacer un vídeo a los alumnos de 5º de primaria sobre ejercicios físicos y nueva situación problemática para los padres. ¿Cuántos padres disponen de móviles que puedan hacer vídeos? Una profesora de música pedía a los alumnos unos ejercicios con la flauta dulce. Había que hacer el vídeo tocando la flauta y a la hora del envío las conexiones de telefonía fallaban y el sonido de la flauta no salía perfecto. ¿Cómo podía valorar la profesora ese trabajo si desconocía si el fallo era del alumno o de las interferencias de sonido?

Las plataformas que se han preparado para el trabajo de profesores y alumnos "están constantemente saturadas y se bloquean".

A todo este trabajo para el que los padres no están preparados, se une el teletrabajo. ¿A qué hora trabaja el alumno y puede pedir ayuda al padre y éste está en ese momento conectado con el teletrabajo? Si el padre y la madre están conectados ¿Cuándo pueden ayudar a los hijos? Habrá que establecer franjas horarias de trabajo para estas cuestiones igual que se han establecido para las salidas.

Muchas mamás o papás comentan que «su casa sigue requiriendo una atención presencial», pero que dentro de ella ahora están también el tele-trabajo y la tele-escuela y atender todo a la vez es casi imposible, aunque tengan un buen nivel cultural.

Para el escolar, la jornada se les hace muy larga y en solitario. El problema es que cuando te atascas en algún ejercicio antes preguntabas al compañero y seguías y ahora preguntan a los padres que a lo mejor no lo saben o al profesor cuando le presentan las dudas, pero la respuesta es mucho más lenta.

De esta etapa de la pandemia, la formación, no digo la educación, de los miembros de la futura sociedad de la llamada Nueva Normalidad va a estar muy tocada y no solo por la deficiencia de los aprendizajes sino también por los problemas de la distancia física que no social.

La escolarización es obligatoria entre los 6 y los 16 años. El ir o no ir a la escuela no entraba en "las libertades constitucionales". Los alumnos van a estar seis meses sin tener clases presenciales que son insustituibles.

La modalidad a distancia va a reducir el éxito escolar futuro. La escuela necesita recuperar lo perdido y garantizar en todo caso una educación online de calidad adaptada no solo a los discentes sino también a los padres.

Por toda la tarea de los padres en esta situación de confinamiento, necesitan este Canto épico ya que su tarea es verdaderamente épica y digna de elogio y homenaje, en realidad es una Nueva Tarea en la Nueva Normalidad.

Gracias por los padres que todos tenemos.

¡¡¡Vivan los padres y por añadidura, Vivan los maestros y profesores!!!

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