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‘Canto épico a la música’, por Juan Bta. Codina Bas

31 de mayo de 2020 - 00:33

La alegoría de la música pintada por Soler Blasco a la entrada del edificio en el que la Banda ensaya es todo un canto al poder de la música para vencer los obstáculos y caminar hacia la victoria.

Durante este confinamiento, la música ha sido una alternativa para aliviar el estado de ansiedad y estrés que nos ha producido la pandemia de la covid-19. Y si los enfermeros, los médicos y los empleados en los hospitales han sido objeto de homenajes, hay que rendir nuevos homenajes a quienes han contribuido a que el tiempo se pase más rápido o con mayor entretenimiento. Y uno de esos colectivos son los músicos y su arte que sirve para romper el silencio y dar riqueza a la vida.

Hace años escribí que si a los Moros i Cristians le quitamos la música, ¿cómo podrían desfilar y dejar al público admirado de su vestuario y caracterizaciones, elegancia, fuerza y belicosidad, de su ritmo acompasado y guerrero pero dulce en los bailes de las huríes que salen en los boatos? La fiesta dejaba de ser fiesta. Si los Moros i Cristians necesitan de la música, en el confinamiento se hace imprescindible.

Pero ahora estamos confinados en nuestras casas y la mayoría de las personas, sobre todo las mayores, en un estado de posible aburrimiento que en función de cómo cada uno se encuentra es distinto. Si conviven con hijos o nietos es una cosa pero si están solos la situación cambia. Se hecha de menos el cariño de los próximos. Necesitamos los besos y los abrazos que han formado parte de nuestras vidas y necesitamos cubrir el largo tiempo del confinamiento con alternativas valiosas pero no sin sentido, alternativas que movilicen la mente y no la ofusquen más, que generen alegría y no tristeza o impotencia, que no adormezcan los sentidos, sino que los pongan en situación de alerta o de preparación para dar la salida en el momento más idóneo.

Pues bien, ¿cuántos habéis visto en la música esa salida y esa alternativa para paliar el confinamiento y la soledad y hasta el aburrimiento? Os voy a decir que el día que se decretó el estado de alarma, en el desayuno, mi esposa y yo, lo amenizamos con el "Coro de los esclavos judíos", Va, pensiero, sul'ali dorate ("Vuela, pensamiento, en alas doradas"), de la ópera Nabucco de Verdi. Fue para mí un aldabonazo para decirme que este estado de alarma y el confinamiento consiguiente podía y debía ser aprovechado de muy distintas formas, pero aprovechado.

Que había que avivar el pensamiento y no dejarlo dormido, hacer que volara en las alas de la imaginación. Y eso supone activarlo.

Las personas han buscado en los medios de comunicación la salida a esta situación. La televisión ha sido una válvula de escape para la situación de angustia que se generó. Pero junto a la televisión han estado la lectura y la música. Cuando he preguntado sobre todo a personas de riesgo que han de estar confinadas en casa, como ocupan el tiempo de confinamiento me dicen que cultivando aficiones, leyendo y oyendo música o viendo televisión: películas, series o programas de entretenimiento, documentales y de temas de actualidad. Pero siempre sale la música como uno de los refugios en la pandemia. Tengo amigos que tienen dificultades en la vista y cuando les pregunto, como pasan el tiempo, me dicen que oyendo música en múltiples ocasiones, ya que la falta de visión es primordial para buscar en el oído su refugio.

Hoy nuestro canto épico es para la música. La música en Xàbia ha encontrado su sitio en este momento y han sido los músicos quienes han salido a los balcones para ilusionar a la calle y a la población con la marcha mora de Paquito el Chocolatero o el Pasodoble a Xàbia del Maestro Salvador Salvá Sapena entre otras muchas y a veces un altavoz lanza el ‘Resistire’.

La música necesita unos requisitos aunque solo un sentido para disfrutarla, el del oído. Pero la escucha necesita del corazón y de los sentimientos, de las emociones y de la sensibilidad, de la tranquilidad y del sosiego, del silencio para poder oír con deleite la música sola, con sus vibraciones y su ritmo para que llegue al alma. La música es para el espíritu y cada música tiene su momento. Hay músicas para relajarse, músicas para amar, músicas para bailar, músicas para la guerra y músicas para la paz… y todas las músicas requieren de un estado apropiado y personal para escucharla.

No es lo mismo escuchar una melodía cuando estás enfadado que cuando estás alegre, cuando acabas de tener un disgusto que cuando disfrutas de una puesta de sol….

Pero la música necesita de los músicos. Y ahí está el valioso regalo que hay en Xàbia con la banda y con sus músicos así como con sus múltiples grupos musicales de los que los Bradmis constituyen un símbolo para Xàbia. Si no hubiera música, habría que inventarla. La música está presente en nuestras vidas en esta nueva etapa sirviéndonos para salir del encierro lo menos malparados y sin los posibles traumas y síndromes que nos acechan.

Cuando la sociedad progresa, también lo hace la música. Y en Xàbia se nota el esfuerzo de muchas familias que han creado por si mismas pequeños conjuntos con sus miembros y es que nuestra cultura necesitaba de ese arte. La música necesita de cierta disciplina y aprendizaje para lograr su perfección. Y con el cultivo de la música el hombre y la mujer alcanzan valores que de otra forma no lograrían.

Por ello nuestros ancestros posibilitaron su ejercitación inculcando a los miembros jóvenes la práctica de la música y facilitando medios para lograrlo. ¿Cuántos músicos hay que son músicos debido al esfuerzo de sus padres o el haber tenido la posibilidad de aprender el arte y la técnica musical? Hoy Xàbia tiene Conservatorio, pero cuando no lo había el esfuerzo era mucho mayor.

¡¡¡ Viva la música !!!

Juan Bta. Codina Bas

1 Comentario
  1. Isabel Bilbao dice:

    Precioso artículo y panegírico de la música! Gracias!


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