Solo para seis personas más el buey y la mula. Besos y abrazos a distancia. Esas emociones, afectos y sentimientos que alegran o afligen el corazón quedarán a alejadas o, en algunos casos en ausencia, ya que la limitación de personas para reunirse estará sometida a los malévolos caprichos del coronavirus. En verdad, no sería agradable ni justo que el abuelo o la abuela por “mor” de gozar de una Nochebuena acompañados de los nietos, tuvieran que pasar la noche de Reyes Magos en la UCI.
Este año no cabe hablar de Nochebuena propiamente dicha. Lo que toca es, valga la expresión, una “Nochenueva”. Jamás de los jamases nos habían autorizado a reunirnos tan pocos. Seis personas de nada, ¡por favor!, en una fiesta que se caracteriza por ser abundosa en celebrantes, lo mismo dentro que fuera de la
vivienda.
Añade al buey y a la mula. Eso es mucho añadir. La televisión oficial ya lo da por hecho. Pero vete tú a saber. Y no digamos nada de la Nochevieja. ¿Habrá follón en la Puerta del Sol? Porque, sin ese aditivo humano, qué diablos pintan la Igartiburu y la Obregón subidas al balcón, diciendo… pues esas naderías que suelen largar las starlettes. O sea, humo con burbujas. Esta vez, los deseos de felicidad para el 2021 tendrán que acompañarse de las palabras “vacuna mediante”. Porque, si no la hubiere, ¿qué habría que esperar del futuro? Palillo y flor de malva, que es lo que ha traído la anualidad que se acaba. (Menos mal que con Trump completamente postrero).
Debo decir que tengo mis dudas sobre la calidad de la alegría que pueda instalarse esta vez en las noches festivas. Más que ánimo, lo que se huele es animosidad. ¿Cómo qué contra qué? Pues contra ese complicado, retorcido y mortífero bicho que es el virus. El cuadro compuesto por solo seis personas en Nochebuena en el comedor, y aún no sabemos cuántas en la Puerta del Sol en Nochevieja (con las elementas que digo, enviándonos frivolidad con serpentinas desde la tele), ¿qué representan?
¡Pues nada positivo, caballero! Vale. Si quiere el lector que lo digamos a lo burro, pues ahí queda dicho. Eso no significa que las personas no hagan un esfuerzo por cumplir el trámite, como en las Nocheviejas pasadas. Al fin y al cabo, somos voluntaristas. Eso permite que, en determinadas circunstancias, hagamos de tripas corazón. Pero, lo que se dice diversión masiva (como aquellas de las Nochebuenas y aquellas Nocheviejas de las “San Silvestres” anteriores), no me parece a mí que vayamos a tenerlas este año que acaba.
Y pregunto yo una cosa -interviene el buen lector, mostrando así su sincero afán de colaborar-. Si renunciásemos a la Igartiburu y la Obregón, ¿se nos permitiría añadir dos comensales a los seis prescritos?
Pues qué quiere usted que le diga. Sería cuestión de proponerlo en Moncloa.
En cualquier caso: ¡FELIZ NOCHEBUENA! y ¡FELIZ NOCHEVIEJA!
Juan Legaz Palomares
a quien le importa si somos 6 u 8 o lo que sea con la cantidad de positivos y muertos por todas partes .
seamos solidarios y consientes para ser mejores personas , empatizar con el personal sanitario , que esta agotado .
Lo importante es que estemos tranquilos y sanos los abrazos ya llegaran y ojala que seamos muchos los que podamos abrazar a nuestros nietoas y hijoas . Un saludo y Feliz Navidad !!!