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‘No he pegado ojo’, Juan Legaz Palomares

11 de julio de 2020 - 08:27

Lo que debería ser excepcional se ha convertido en habitual. Hoy los padres ante sus hijos cuando llegan a la pubertad o adolescencia, son el látigo que azota sus trasnochadas veleidades. Mientras, los padres, se desquician pasando las noches en vela cuando sus hijos se van de “marcha”, porque en la actualidad la mayoría eligen la noche para divertirse, atiborrarse a beber y a lo que se tercie.

Diálogo, educación y ejemplo creo que son los pilares fundamentales para mejorar el comportamiento de nuestros hijos, que les fortalecerán humana, moral y mentalmente. Los adolescentes no suelen reaccionar ante nuestras palabras, sino ante nuestros hechos. Los discursos les aburren, les sobrepasan, provocan enfrentamientos estériles.

Debemos elegir el lugar apropiado, el momento adecuado y el mensaje idóneo. Se aconseja callar cuando el otro necesite hablar. Nada de esto está reñido con la libertad ni con la autoridad.

El entendimiento debería ser mutuo. A veces pienso que podría ser más equilibrado, sin que influyera tanto la diferencia de edad y comprendieran que no todos nuestros consejos están contra ellos.

¡Hijo/a mío/a! ¡Cuántas noches me paso inquieto, sin dormir, esperando que llegues! Me pregunto a cada instante, ¿dónde estará?, ¿estará bien?, ¿le habrá pasado algo? La respuesta es: “más intranquilidad”. Cuando me vence el sueño por cansancio, al despertar corro veloz hacia tu cama para comprobar si has regresado. Si, entre tanto, se produce tu llegada, soporto incomprensión, insultos inmerecidos e incoherencias. Sigo las pautas que me dicta el corazón, por mi amor hacia ti. Somos dos caminos encontrados pero enfrentados: ¿falta diálogo?, ¿comprensión?, ¿respeto?, ¿confianza?.

No soy tu enemigo, sino tu amigo. Pretendo, desde mi amor y experiencia, enseñarte, educarte y ayudarte para la vida futura. No tengo la varita mágica para resolver todos tus problemas, pero sí el amor que procura encontrarles una solución razonable y satisfactoria para ambos.

Si algo estoy haciendo mal, sentémonos, arreglémoslo, pero no puedo continuar “sin pegar ojo”, con esta zozobra cada vez que te vas de “marcha”, porque estoy perdiendo la vida poco a poco, sin que se atisbe ni un solo ápice de que tu actitud pueda ser algo más comprensiva, y aunque sea en parte, palie los padecimientos de mis noches en vela. En definitiva, hoy, el ser padres es quizá la profesión más difícil de desempeñar.

Estoy esperando unos padres que me digan: “Yo no tengo ese problema. Duermo a pierna suelta (valga la expresión)”.

Juan Legaz Palomares.

2 Comentarios
  1. Marco Ortiz dice:

    Totalmente de acuerdo, es difícil establecer los límites y que los entiendan. Más ahora con la pandemia.

  2. Pedro dice:

    Ya !!! Ahora en el Golden Paradis se hace el » botellon » en apartamento ! Como anoche 4 ninos pijos se han emborachado hasta las 3h ! Los Papas y Mamas no estaba y la poli pasa como sin nada !


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