Si el Domingo de Ramos es el gran pórtico de la Semana Santa, el Viernes de Dolores, es la antesala oficial del septenario más grande del calendario católico, cuya festividad, la Virgen de los Dolores, conmemoramos mañana. Pero antes, descubramos un poco más la historia de su presencia en la localidad.
Antiguamente las esculturas con más veneración en Jávea, tenían a algunas familias como guardianas permanentes en sus casas o en las respectivas capillas de los templos de culto. Varios linajes se encargaron de las distintas devociones, bien mediante el sufragio de la misma estatua sagrada, o bien por la nueva adquisición importada de otras regiones y, por consiguiente, implantando un hábito en la población. Hay que tener en cuenta, que en España hasta bien entrado el siglo XX, sólo los miembros de la nobleza o de la burguesía, podían costear imágenes, canalizando así las acciones piadosas de sus conciudadanos de manera influyente y muy eficaz.
La Dolorosa de Jávea está registrada como una imagen propia del templo de San Bartolomé en el último tercio del siglo XVIII, por lo que desconocemos por completo, el motivo original de la presencia de esta talla en nuestra ciudad. Tampoco hay constancia de cofradía o hermandad del icono religioso, ni en el Archivo Diocesano de Valencia ni en el Archivo Histórico Nacional -como sí lo hay de otras- así que estaríamos hablando de un entusiasmo místico secular, arraigado en el pueblo, cosa que indican las anotaciones de Antonio Pons Guardiola que concuerdan con las del autor de la consueta o instrucción de sacristanes de 1769.
Dichas fuentes mantienen que la Virgen de los Dolores participaba ya en la procesión del Viernes Santo. Incluso hay investigadores que la identifican como la Virgen de la Piedad, de más antigüedad, como el caso de Xavier Serra Estellés y Antoni Tordera Sáez. Lo que sí sabemos, es que la familia Bover es la custodia de esta advocación mariana desde hace al menos 200 años. Sin abandonar a los Bover, pasó a la Casa Bolufer por matrimonio de Rafael Bover Albi con Joaquina Bertomeu Bolufer en los años 20 del siglo pasado.
La imagen del Ecce Homo, titular de una cofradía antiquísima en este municipio, era desde tiempo inmemorial la figura más famosa y preciada de la Casa Bolufer, de gran valor artístico como nos narra Pons Guardiola. La obsesión iconoclasta del bando republicano en la Guerra Civil Española se llevó por delante la mayoría del patrimonio artístico de los Bolufer: este Ecce Homo, la Virgen Dormida de Agosto cuya cara fue retocada por Sorolla y la propia Dolorosa.
Doña Joaquina, sabiendo el futuro que le deparaba a la escultura de su familia política, pidió a Juan Bautista Devesa Sapena “El Santeret”, que sacara un molde del rostro de la Madre de Dios. El artista se jugó la vida obteniendo la mascarilla. Los Bover lograron salvar al menos, la corona con una estratagema ideada por la esposa de Don Rafael, cortando el aro principal de la joya, convirtiéndolo en un florero y la parte superior la escondió su casero, el tío Juan Sivera, en un corral. Acabado el conflicto bélico, y mucho después de la llegada de la nueva imagen del Nazareno de Ponsoda, aparece la nueva Virgen de los Dolores con la misma faz que la destruida en la guerra.
La fecha de confección de esta Mare de Déu encargada al Santeret, es bastante confusa, pues no hay recibo ni documentación. Muchas fuentes señalan el año 1952, el Congreso Eucarístico Internacional de Barcelona, como el momento en el que se estrenó la Dolorosa de los Bover, ya que durante el mes de junio tuvo lugar en la villa, una cantidad de actos religiosos en comunión con la Ciudad Condal. Otros, sin embargo, creen que la imagen religiosa hizo su presencia en las procesiones de Jávea a mediados de los 50.
Los primeros portadores de esta talla fueron los propios trabajadores de la familia Bover. Un Viernes Santo, poco después de la aparición de esta Dolorosa en la procesión del Santo Entierro, dos niñas se convirtieron en las primeras mujeres en acompañar las andas como se hace actualmente. Nos relata Pepita Sivera que ella y su hermana María estaban en un “cantonet” de la calle de San Agustín. En este punto tradicionalmente la procesión se queda huérfana de público como entonces, así que las pequeñas xabieras que aguardaban el cortejo procesional, sintieron tanta lástima por la escena -la de la Madre de Jesús solitaria con sus portadores y en silencio por dicha vía estrecha- que decidieron agregarse. Posteriormente fueron uniéndose más mujeres en el Santo Entierro, en la Bajada y en la Subida. La segunda tanda se “alistó” en los años ochenta y ahora lo hace un grupo numeroso de hombres y mujeres con bastante gente joven.
La Virgen de los Dolores se quedaba en el zaguán de la Casa Bolufer después de concluir la Baixà, hasta que en 1993 se propuso que ocupara un lugar en el altar de San José, en la iglesia-fortaleza, durante su estancia en el pueblo hasta el 3 de mayo junto al Nazareno.
Este año se ha traslado al altar de la Purísima, con sus andas y faroles encendidos durante el novenario de nuestro Alcalde Perpetuo y el resto de su estadía en la parroquia. Durante los años 90 también otra generación de los Bover con Ramona Fernández de Palencia a la cabeza, decide enriquecer el manto azul oscuro bordando estrellas, y se restaura y adapta la vestimenta del Ecce Homo que estaba en un arcón de la Casa Bolufer con otros mantos de otras imágenes, y se le confecciona a la Virgen como saya. Como el terciopelo morado estaba muy deteriorado, se traspasa a otro nuevo tejido todo el bordado de hilo de oro -se puede apreciar en las mangas y en la parte inferior de la indumentaria violeta- y se le cosen unos encajes en los puños, eliminando así, el carácter sobrio de los primeros años.
Además, se ha recuperado la colocación del cuadro con la efigie en el retablo propio del Calvario durante el periodo en el que la Virgen no está en la ermita. Esta costumbre ya se daba en la época de doña Joaquina Bertomeu, aunque in illo tempore se depositaba encima de dos ángeles de madera.
Es muy probable que esta fotografía antigua recuperada de la Dolorosa, fuera obra de algún estudio prestigioso de Valencia frecuentado por la Familia Bolufer. Estuvo colgado en el dormitorio principal del “palacete” de la Plaza de Celestino Pons, hasta que se ha rescatado recientemente para continuar con esta tradición. Otra novedad se producirá durante el Vía Crucis de la mañana del Viernes Santo. Jesús Nazareno irá acompañado por su Madre, bajo la advocación de la Dolorosa y no de La Soledad, como así se hacía antaño.
Antes de terminar, quiero recordar que la Parroquia de San Bartolomé de Jávea, le va a dar mañana, junto al párroco Don Juan Antonio Navarro y el Grupo de la Dolorosa, la importancia, el recogimiento y el esplendor que merece el Viernes de Dolores, con una veneración a la imagen desde las 8:00 horas hasta las 14:00 horas para los feligreses y demás devotos que nos visitan durante estos días. Asimismo, la Virgen estrenará una saya que ha sido donada por dicho grupo y se va a rifar también, un cuadro cuyos boletos se podrán adquirir antes del rezo del Santo Rosario a las 18:30 horas. La recaudación será destinada a la restauración de las campanas. Se finalizará esta jornada con una misa a las 19:00 horas y con el reparto de unas estampas que formarán en un futuro, una colección interesante.
Concluyo uniendo otra vez, los nombres de las familias custodias y sus imágenes, porque para mí y para muchos, la Dolorosa de Jávea siempre será la talla de Doña Ramona Fernández de Palencia, una gran xabiera de adopción, que supo proteger, difundir y transmitir su amor y respeto por lo más sagrado para un javiense: la fe y la tradición.
José Font Caballero
Bibliografía
- Libro de Efemérides Parroquiales de San Bartolomé de Jávea.
- Consueta o instrucción de sacristanes de 1769. Xavier Serra Estellés y Antoni Tordera Sáez.
- Aquell poble. Ecos remotos, recuerdos dispersos, notas, referencias, comentarios. Antonio Pons Guardiola.
- Archivo Diocesano de Valencia.
- Archivo Histórico Nacional.
- Archivos particulares.
Atraso. Todo esto es atraso.
El arte, la tradición, la cultura, la historia.. ¿Es un atraso? Joder como están las cabezas
Excelente artículo, muy documentado y sentido por el autor, como es en él costumbre. Y por lo interesante de cuanto narra.
Mi placer al leerlo ha sido, en primer lugar, por mi desconocimiento del tema, pese a mi vinculación con las personas que en él se citan, pero no menos por mi particular devoción a la Virgen de los Dolores, en otra imagen (más bien grupo escultórico) venerada en el pueblo de Dolores, donde yo nací: se trata de una magnífica obra de Francisco Salcillo, considerada como una de las más bellas e inspiradas del autor. Otra igual, de menor tamaño pero también de Salcillo, se puede ver en el centro de Alicante, en la Iglesia de las Clarisas Capuchinas.