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Jávea entra en alerta roja por altas temperaturas

07 de julio de 2015 - 00:00

La conselleria de Sanitad Universal y Salud Pública mantiene para hoy el nivel rojo (extremo) en la población de Jávea. Las previsiones son de que se puedan alcanzar máxima de 37,5º y mínimas de 26.

Las actuaciones previstas se basan en incrementar la información y seguimiento de la población, en especial a los de mayor riesgo.

Beber agua en días de calor.

Ante las temperaturas elevadas, los grupos de riesgo a los que hay que prestar especial atención son las personas mayores, que son más vulnerables, ya que sus sistemas de termorregulación son menos eficientes y pueden presentar dependencia física.

Las personas con enfermedades crónicas (diabetes, insuficiencia cardíaca, respiratoria, renal, hepática, ), que pueden descompensar su situación clínica y empeorar súbitamente por el calor. Los niños, las personas con movilidad reducida o con obesidad, los deportistas y las personas que realizan trabajos o esfuerzos físicos importantes soportando altas temperaturas.

Las medidas generales de protección

Beber mucha agua y líquidos sin alcohol ni cafeína, especialmente si se realiza un esfuerzo físico. Abstenerse de las bebidas alcohólicas o con cafeína, ya que aumentan la pérdida de líquidos. Tampoco es recomendable tomar líquidos excesivamente fríos ni azucarados.

Comer abundantes frutas y verduras, reduciendo las comidas ricas en proteínas como las carnes; usar ropa ligera, no apretada, que cubra la mayor superficie posible y de colores claros; utilizar protección para los rayos solares, evitar tomar el sol a las horas de máxima radiación, siempre con protección solar, aplicándose la crema en las zonas expuestas 30 minutos antes, y proteger la cabeza.

Evitar las actividades en horario de temperaturas altas, comenzar de forma lenta el ejercicio y aumentarlo de forma gradual. Si se nota cansancio, mareos, confusión o síntomas de desmayo, es conveniente irrumpir la actividad y descansar en lugar fresco o al menos en la sombra.

Vigilar a los niños y ancianos, a partir de los 65 años se empieza a perder capacidad de responder a los cambios de temperatura y también pueden tener alterada la percepción de la sed. Es esencial comprobar su estado y su ingesta de líquidos.

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