Plasmar un momento para siempre. Ese fue el trabajo de la conocida Ángeles Bas, la primera fotógrafa de Xàbia. Su trayectoria profesional es única. Captó con sus cámaras momentos irrepetibles. Enfocada en la fotografía de retrato, Ángeles vivió los entresijos del verdadero mundo fotográfico.
Podríamos decir que fue una mujer pionera. Las inquietudes de sus padres porque sus hijas tuvieran unos estudios, lleva a que Ángeles, con apenas 20 años, y su hermana mayor Silveria, se trasladen a Alicante para estudiar fotografía. Era a principios de los años 50. El motivo de emprender estos estudios fue -según un artículo de Juan Bautista Codina Bas- porque sus padres querían montar una imprenta pero le aconsejaron que sería mejor un estudio de fotografía, porque en Xàbia no había ninguno. Así pues, y finalizados los estudios, las hermanas abren las puertas de su primer estudio de fotografía situado en la Calle Mayor 33. Allí tenían también laboratorio.
Ambas hermanas, Silveria y Ángeles, trabajan juntas. Se dedican a hacer retratos, bodas, bautizos y comuniones. Pero alrededor de 1957, Silveria se casa y Ángeles es la que toma las riendas completas del negocio. Se convierte en cronista del Ayuntamiento de Xàbia. No hay acto que no quede plasmado. La primera mujer y fotógrafa de Xàbia es testigo de la visita de artistas y personalidades a la localidad. Sus fotografías eran la imagen para la prensa.
Ahora, a sus 94 años de edad, no recuerda con nitidez todas las vivencias, pero en su memoria permanece cómo era el momento de los antiguos revelados en el laboratorio, «estaba horas pasando los clichés en las tres cubetas, luego colgaba cada foto y finalmente había que recortarlas dando esa forma de puntas en los márgenes». Largas horas en el cuarto oscuro para ver el gran resultado final del momento acontecido.
Ángeles nos recibe, alegre, en el patio del Asilo Hermanos Cholbi. Nos cuenta que también se dedicaba a retratar; «hacía fotos a las falleras, estaba en todos los actos de Fogueres y hacía también las fotos para los DNI. Me iba con el 1500 hasta El Poble Nou de Benitatxell para hacer las fotos de carnet a todos los vecinos».
Y es que, esta mujer xabiera no temía a nada. Pese a ser unos años difíciles, donde la mujer aún no toma protagonismo, Ángeles trabajaba y conducía. Era independiente. Era un ejemplo de poder para el resto de mujeres. Conocida y querida por todo el pueblo, Ángeles traslada, en los años 70, su estudio fotográfico a la Calle San Buenaventura, en la Plaza de la Iglesia. Allí permanece 25 años más, hasta que en 1995, con 65 años y después de más de 40 años dedicados a la fotografía, decide jubilarse.
Mientras conversa, remira en su bolso, y entre sus cosas personales encuentra sus carnets de fotógrafa profesional y unas fotos familiares.
Sus primeras cámaras serían, ahora, un tesoro; al igual que las antiguas fotos. Ángeles y familia apenas conservan una cámara de fuelle y algunas fotografías familiares realizadas entonces. Su bondad hizo que perdiera gran cantidad de material. Prestó material para la grabación de una película y nunca más se supo. Observar sus fotos nos descubriría la verdadera vida de Xàbia de aquellos años.
Ángeles y un sobrino relatan como se trabajaba con negativos de cristal -donados a la Fundación Cirne- y en blanco y negro. «Innovábamos dando color a las fotos. Los retoques eran a mano. Mi hermana pequeña pintaba los labios de las mujeres o bien corregíamos las imperfecciones», señala Ángeles. «También se daba luz a la foto con pinceles muy finos y tintas de colores», contaba la fotógrafa de Xàbia a Codina Bas.
En estos años, la evolución en el mundo fotográfico ha sido enorme. Del trabajo manual de aquellos años a la tecnología actual no hay comparación. La actualidad deja atrás toda una experiencia y una vida dedicada a capturar los buenos momentos. La vida de Ángeles ha estado siempre detrás de la cámara, pero hoy, ella, ha sido la protagonista.
A parte de ser una gran profesional, la recuerdo como una persona muy amable, especialmente cariñosa con los niños y niñas. Conmigo siempre lo era.
Quiero destacar que su padre que había estudiado en la universidad central tenía una visión del futuro que posibilito que sus dos hijas marcharán a Alicante a formarse. Y esa decisión para ellas les permitió destacar. Su madre, Silveria era prima de mi padre y con ella teníamos una relación especial.