David Ferrer se proclamó campeón del torneo de Buenos Aires después de derrotar en tres mangas a Stanislas Wawrinka en la final. Se trata del segundo título de la temporada para el de Jávea, el segundo -y consecutivo- en Buenos Aires y el vigésimo de su carrera profesional.
El de Jávea dio el salto a la tierra batida donde su primer cometido ha sido revalidar el cetro en la capital argentina. Lo hizo tras doblegar en la final al suizo Stanislas Wawrinka por un marcador de 6-4, 3-6 y 6-1 tras una hora y cuarenta y cinco minutos de acción en un duelo disputado en la Pista Central de un abarrotado Buenos Aires Lawn Tennis.
Como ya le ocurriera en rondas anteriores, Ferrer tardó en engrasar la maquinaria y cedió su servicio a las primeras de cambio (1-3). El suizo, brillante con su revés a una mano, parecía castigarle sin apenas esfuerzo. Cuando David consiguió calibrar la mirilla de su raqueta, todo cambió de golpe. Hizo correr de lado a lado al suizo, provocarle con puntos intensos e interminables desde el fondo de pista y encontró las líneas con suma facilidad. En un abrir y cerrar de ojos el pupilo de Javier Piles dio la vuelta a la tortilla y se hizo con el primer set para encarrilar el partido.
Las alarmas saltaron en el box de Ferrer con el break de Wawrinka en el juego inicial del tercer acto. Los esquemas se rompían en un David que no terminaba de acelerar. Fue precisamente con ese toque de atención con el que se reinventó a sí mismo y firmó 16 de 17 puntos para voltear el sino del partido.
Wawrinka acabó desesperado, estrellando la raqueta contra el suelo, inoperante ante un Ferrer que ya se sentía ganador. El de Jávea no tuvo problema para poner el broche final al partido.
