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«Calle a calle»: recordamos la vida y paseamos por la calle dedicada al arquitecto y pintor Manuel Jorge

31 de mayo de 2020 - 00:12

En esta ocasión, dedicamos nuestro espacio "Calle a calle" a conocer a un gran personaje que acaba de dejarnos: el arquitecto y pintor Manuel Jorge Fernández, fallecido el pasado domingo 24 de mayo en su casa de Xàbia, tras una operación de cadera.

Su vida y su inspiración

Manuel Jorge nace en Chantada (Lugo) en 1929. De familia humilde, sus padres lo animaron a formarse y estudió Arquitectura en Madrid. En 1959 obtuvo el título de Arquitecto Superior y en 1965 el de Doctor Arquitecto.

En 1960 vive y pinta en Menorca. En 1961 expone en la Galería Biosca de Madrid, en la Galería Syra de Barcelona y participa en una colectiva en la Sala de Arte del Hostal de los Reyes Católicos de Santiago de Compostela. Durante ese año se traslada a Cadaqués (Girona), donde conoce a la pintora finlandesa Christina Snellman, quien pronto se convertiría en su esposa. Viven un tiempo en Chantada y a partir de 1963, Manuel Jorge y Christina se instalan en Xàbia, donde erige sus primeros proyectos arquitectónicos y combina desde entonces sus dos pasiones: la arquitectura y la pintura.

En 1975 se trasladan a París, donde pintan en la Cité Internationale des Arts, fundada en los años cincuenta según una idea del reconocido artista plástico Eero Snellman, el padre de Christina. Alternan más tarde su vida en Xàbia con viajes por todo el mundo.

Manuel Jorge ha proyectado a lo largo de su vida más de cien viviendas, muchas de ellas unifamiliares y principalmente en la comarca de la Marina Alta, pero también en Valencia, Madrid e incluso en Arabia Saudí.

En la recogida del "Premi d’Honor Vila de Pedreguer al Mèrit Arquitectònic i Urbanístic" en 2011, declaró: “En los últimos años la arquitectura que se realiza está descontextualizada del entorno en el que se diseña”. Una globalización que, según su opinión, perjudicaba a la originalidad y restaba creatividad a los arquitectos. Él apostó por el diseño de construcciones que se adaptaran al paisaje en el que se construyen, asegurando que “los árboles y otros elementos de la naturaleza deben tenerse en cuenta cuando un arquitecto se plantea el diseño de una vivienda”. Los materiales con los que construía Manuel Jorge eran siempre autóctonos, y utilizaba además recursos y sabidurías tradicionales para la realización de sus proyectos.

Su labor arquitectónica fue reconocida también por el pueblo de Xàbia, que le dedica una calle en 2009, en la que se halla el conjunto realizado por él de las Casas de Fidias.

Su pintura

Al principio destacan sus pinturas negras, en consonancia con la lluviosa Galicia, y con el espíritu de Francisco de Goya, Gutiérrez Solana y Vázquez Díaz. A partir de 1961, ya con Cristina Snellman, aparecen las pinturas de Cadaqués, con color, y se olvida por un tiempo de la línea.

Posteriormente, hacia 1998, pintura y arquitectura dejan de fluir en paralelo para ser la misma cosa. Entra el espacio en la pintura y el color en los edificios. La línea casi siempre fue una constante, pero ahora el juego de perspectivas, volumen y color se simplifican y la masa de color se hace reina: el espacio habita en el cuadro, el color, la luz y sus sombras invaden su arquitectura y tiene lugar la fusión de las dos disciplinas. Sus nuevos proyectos arquitectónicos intercambian naturalmente formas y conceptos con su pintura, acentuándose la idea de zonas de luz inesperada por medio de vidrieras y claraboyas que surgen en recodos, vueltas de escalera o salientes en la fachada.

A partir de 2003 expone en tres ocasiones su obra gráfica en IB Isabel Bilbao Galería de Arte, y muestra sus obras originales sucesivamente en dos exposiciones en las salas municipales de Xàbia (2009 y 2015); en el Centre del Carme de València (2010); en una gran retrospectiva en el Museo Provincial de Lugo y al tiempo en su ciudad natal Chantada (2016); y la última, de nuevo en Chantada, en 2018.

El corpus de su colección consta de más de 2000 obras entre las que se incluyen bocetos, dibujos, pinturas, diseños industriales y varias series de obra gráfica. En sus archivos figuran esbozos, planos y fotografías de toda la obra arquitectónica realizada en su vida. Su obra se conserva ahora en Chantada. La Fundación Manuel Jorge desapareció en 2019 y su fondo de serigrafías se entrega a la Villa de Xàbia.

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