Los agentes pertenecientes a la Unidad de Cometidos Especiales de la Policía Local de Xàbia se han convertido en los últimos días en el azote de los pescadores furtivos.
La semana pasada sorprendieron a furtivos con bogamarins y en esta lo han hecho con dos hombres que tenían en su poder más de 30 kilos de pescado del que se está investigando su procedencia. Las especies requisadas podrían haber sido robadas de una de las redes de trasmallo que tenía caladas un pescador profesional
Los hechos ocurrieron el jueves antes de la ocho de la mañana en la zona de la Cala Blanca. Los agentes en su labor de vigilancia del litoral vieron salir del agua a dos hombres vestidos con traje de neopreno y distintos útiles de pesca submarina. Al acudir al lugar procedieron a su identificación y las comprobaciones realizadas observaron que los furtivos carecían de licencia de pesca.
A pesar de que portaban rifles de pesca los ejemplares no presentaban marcas de arpones. Esta circunstancia hizo sospechar a los agentes que podrían haber sido robados de la red de trasmallo.
La pareja llevaba un total aproximado a los 30 kilos de pescado, 18 de la especie dentol y unos 12 kilos de la especie sargo además de pulpos, musolas y salmonetes. El valor de las capturas asciende a unos 500 euros según estimaciones realizadas por la Cofradía de Pescadores de Xàbia.
Los agentes requisaron los útiles de pesca así como el género obtenido ilícitamente que, en cumplimiento de la ley y como producto perecedero fue entregado a una organización sin ánimo de lucro. La beneficiaria fue la asamblea de Cruz Roja Xàbia quien se encargó de repartir el pescado entre siete familias necesitadas.
A los furtivos se les ha abierto un expediente administrativo y denunciado a la Consellería de Medio Ambiente.
