Muchas veces oímos que el trabajo del quiropráctico es “hacernos crujir los huesos” pero la realidad es que nos nos crujen los huesos, sino las articulaciones y, no sólo nos provoca estos crujidos el quiropráctico, ya que a veces, haciendo simples movimientos como agacharnos o sentarnos, nuestras articulaciones pueden producir sonido pero ¿sabes por qué…