Con ocasión del centenario de la muerte del gran pintor valenciano Joaquín Sorolla Bastida, ayer 23 de enero, se inauguró en el Museo Sorolla de Madrid, la exposición “Sorolla ha muerto, viva Sorolla” a manos del director del Museo Enrique Varela.
Un fantástico paseo por la que fue su casa, hoy museo, a través del tiempo y de la evolución en las técnicas.
Para esta ocasión, la familia Sorolla y otros museos, han cedido obras que no habían estado juntas y que forman un conjunto extraordinario, no solo de pinturas, si no de cartas, documentos y enseres.
A continuación, en el patio Andaluz del museo, se ha presentado la edición especial de vino conmemorativo del Centenario de Sorolla, producido por Celler Les Freses, bodega situada en la comarca de la Marina Alta, entre Dénia y Jávea, donde el pintor viajó en 1896 con el objetivo de realizar unos estudios de pintura relacionados con el cultivo de la vid y la producción del vino para el viticultor, industrial, diplomático y político chileno Rafael Errázuriz.
Sorolla quedó maravillado por el paisaje natural de los espacios montañosos del imponente macizo del Montgó, hoy en día Parque Natural, y con su prolongación hasta el mar en el cabo de San Antonio, y de los acantilados majestuosos en torno al cabo de San Martín o el cabo de la Nao.
Durante varias estancias a lo largo de los años, Sorolla pintó, tanto los paisajes marinos, como los personajes y las faenas de la comarca, especialmente los trabajadores del campo con uva moscatel. Esas labores de la transformación de la uva en pasa, llamarán la atención del pintor y le causarán una fuerte impresión, hasta el punto de que realizará numerosos dibujos, apuntes y lienzos plasmando esas tareas (escaldado, secado, encajonado) en escenas llenas de vida y trabajo.
El cuadro “Transportando pasa” ha sido el elegido para la caja estuche edición especial, y Bodega Les Freses, bodega que mantiene vivo el espíritu de aquellos trabajadores y de aquellas viñas de la Marina Alta, recuperando el cultivo tradicional de la uva moscatel que conoció Joaquín Sorolla, quieren acompañar la celebración del centenario de la muerte del pintor realizando un estuche ‘Centenario Sorolla’. Se trata de una experiencia enológica a través de tres botellas de vino: 1 botella de giró (garnacha endémica de La Marina Alta y variedad de montaña), 1 botella de moscatel seco Les Freses y 1 botella de vino dulce de moscatel. Todas ellas guardan la esencia de aquellas uvas, de aquellos trabajadores y de aquellos paisajes que tanto cautivaron a Sorolla.
En la presentación su enóloga Mara Bañó, emocionada, y que hizo una breve cata al hilo de estas variedades, comentó: “No hay nadie que haya contado de manera más bella, cómo es nuestra comarca, su historia, sus uvas y su paisaje. Incluso en cuadros como “Niño en las rocas” puedo ver a mi propio hijo bañándose en la playa de Las Rotas. Sorolla emociona y cuenta a través de sus pinturas, las bondades de nuestra tierra”.
Y animó a los amantes del arte, a visitar la nueva exposición del Museo Sorolla, “es como ir a la playa, estando en Madrid, todo es Mediterráneo.”
Y como no podría ser de otra forma, la inauguración terminó con un brindis para don Joaquín con Les Freses 2022, “esta vendimia y esta copa, están dedicadas a Joaquín Sorolla, por cien años de luz, salud” dijo Mara para cerrar el acto.
