Cada vez son más frecuentes las alertas sobre avistamientos de medusas en la costa de la Marina Alta, una especie marina que ha aumentado su presencia en los últimos años. El fenómeno suele capturar la atención tanto de los vecinos y vecinas de la comarca como de los visitantes, ya que convivir con ellas en plena temporada turística puede incomodar a unos y a otros.
Estos días se ha oído hablar mucho de la especie Cotylorhiza tuberculata, conocida como medusa «huevo frito», la cual se ha dejado ver por la mayoría de localidades costeras de la comarca como Dénia, Xàbia, Benissa, Calp o Teulada Moraira. Pero, ¿hay que alarmarse verdaderamente por ello?
Pep Bolufer, experto oceanógrafo del Poble Nou de Benitatxell y colaborador del Institut de Recerca Oceanogràfica de Xàbia (IROX), asegura que este tipo de medusas son totalmente normales en esta zona del litoral mediterráneo, «aunque sí es verdad que son más típicas de final del verano e incluso del otoño».
¿Por qué hay más medusas?
El alto nivel de avistamientos, no solo de la Cotylorhiza tuberculata sino también de otras como la Pelagia noctiluca (clavel), se debe a una sucesión de condiciones que las arrastran a estas costas en mayor cantidad y más temprano. Por un lado, explica Bolufer, la entrada de medusas típicas de aguas más cálidas se debe en parte al cambio climático. En verano, las altas temperaturas mantenidas durante mucho tiempo hacen que el agua del mar esté más caliente también durante un periodo largo.
Por otro lado, la falta de vientos de poniente es otra de las causas que propician su aparición temprana. Además, las medusas encuentran en nuestro litoral el alimento que necesitan debido a la contaminación: «El abuso de fertilizantes en la tierra, que va a parar al mar, favorece la presencia de fitoplancton. Los emisarios, sobrepasados en temporada estival en nuestra comarca, vierten sustancias que crean el ambiente idóneo para el desarrollo del plancton, el cual es el alimento de las medusas», aclara el oceanógrafo.
Por último, Bolufer asegura que, pese a las noticias frecuentes de tortugas que desovan en nuestras costas, también es muy común encontrar ejemplares muertos, muchas veces atragantados o atrapados por plásticos que acaban en el mar. «Las tortugas o los peces luna son depredadores de medusas, lo que hace que se reduzca su presencia, ya que se alimentan de ellas», añade.
Las especies más comunes en la Marina Alta: ¿son peligrosas?
El experto menciona cuatro especies de medusas como las más frecuentes en la comarca. La «huevo frito», por su parte, es poco urticante. «Su picadura puede producir más irritación en zonas sensibles como la comisura de los labios o de los ojos, pero normalmente la molestia es leve. Suele asemejarse a la de la picadura de un mosquito, por ejemplo. Sin embargo, el tipo de piel de cada persona, algunas más sensibles a las células que desprenden las medusas, también influye mucho en el tipo de reacción que se produce».
El experto también destaca la Pelagia noctiluca, una de las más abundantes en primavera y verano. Es de las más urticantes, al igual que la Chrysaora hysoscella. La cuarta especie de la que habla Bolufer es la Rhizostoma pulmo: «Es la típica blanca, es urticante, pero no tanto como la Chrysaora o la Rhizostoma, está en un nivel intermedio».
Tal como explica el oceanógrafo, las medusas siempre han estado presentes en la Marina Alta. «Hay que ser cautelosos, pero no alarmistas. Muchas veces, los municipios deciden cerrar al baño las playas por no saturar los servicios médicos con picaduras de medusas, aunque siempre hay algún valiente. Pero creo que ahora es mucho más común hablar de ello porque se puede notificar con un clic en el teléfono móvil, lo que hace que la información corra más rápido. Lo que no hay que hacer es sacarlas del mar. Son temidas por desconocimiento, pero forman parte de nuestro ecosistema marino», concluye.
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App realizada por expertos de la UA y la UPV
Y el análisis científico de datos de medusas en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S096456912300193X