Hoy, 7 de julio hemos visitado la Cala de La Granadella para pulsar la opinión de los vecinos, turistas y profesionales que viven, disfrutan y trabajan en la zona. El día ha salido nublado por lo que durante la mañana la visita de turistas era escasa hasta cerca del mediodía.
Nada más llegar hemos hablado con vecinos que tienen su casa en la cala, allí estaba Miguel Devesa, ex alcalde del Poble Nou de Benitatxell. Lo primero que comenta es «no estoy de acuerdo con la prohibición de bajar vehículos a la cala. Habla con los hosteleros y verás que contentos están, han bajado un 50 % la facturación. No tenemos servicios públicos y la luz de la calle es de las casas o negocios«. Su opinión es compartida por sus amigos.
En el Chiringuito Llebeig comentan que el negocio ha bajado considerablemente, Raquel la encargada de hacer las paellas dice que, «en junio hemos hecho una media de 10 paellas diarias y desde la prohibición de bajar vehículos, estamos entre 4 y 5 paellas«.
Seguimos paseando por este hermoso paraje y hablamos con Gracia, una turista y vecina que tiene una casa en la zona. Su opinión es diferente, comenta «estoy de acuerdo en el cierre pero tiene que estar mejor organizado«. Propone al ayuntamiento una solución para que los hosteleros no se sientan perjudicados puntualiza que, «los turistas que reserven mesa en los restaurantes se les debe permitir bajar con sus vehículos. Hay programas informáticos que pueden avisar al controlador de la barrera«. Gracia añade que, «la playa en estos últimos días ha tenido gente pero con sitio para todos. El servicio de hamacas y sombrillas, más de lo mismo, estamos con cerca del 40% menos, es como estuviéramos empezando la temporada«.
La siguiente parada es el Restaurante Sur, José Ángel y Ana nos atienden con suma amabilidad y dicen que «el Ayuntamiento está teniendo gestos de buena voluntad, todos queremos un turismo de calidad y un respeto con el medio ambiente, queremos seguir dando puestos de trabajo en este nuevo escenario«.
El tercer propietario de un negocio de hostelería es Juan Carlos, del Bar Rosita, ha sido el más crítico con el Ayuntamiento, al que acusa de haber tenido carencias a la hora de responder. Este hostelero comenta «hemos pedido reuniones y no nos han llamado, promesas incumplidas, nos prometieron un parking de 200 plazas arriba y apenas caben 100 coches«. Entre sus quejas está que «esta semana estoy facturando un 30% menos que en las mismas fechas de años anteriores«. Otra de sus críticas está en la señalización, «se pusieron tarde y el último día aún estaban de obras» y añade que, «no hay ningún tipo de control en los aparcamientos del antiguo cuartel y Pic Tort«.
Por último cuenta que «en las horas punta la gente ha tenido que esperar cerca de una hora para coger el autobús«. Pide más información en las oficinas de turismo y en los hoteles de lo que pasa en la Granadella. Juan Carlos señala que «no han hecho publicidad y en las últimas horas nos quedamos sin clientes ante la falta de información ya que los vehículos pueden bajar a partir de las 19 horas, tenemos una playa que el sol está hasta las 21 horas«.
También hemos visto a la concejala de servicios, Kika Mata, que bajaba para ver cómo funcionaba el día. Con el día nublado y la falta de turistas, la barrera no se pensaba bajar hasta que los aparcamientos estuvieran llenos. El autobús, que hoy se probó tenía 30 plazas y no tuvo éxito, el primer viaje, sobre las 11 de la mañana, bajó sin turistas.
La medida de la Granadella ha generado voces en contra… y a favor. De todos los medios que la han tratado éste es el único que solo ha dado voz a quienes están en contra. Enhorabuena.
La meta del ayuntamiento es de prohibir todo, lo que tiene es que estar vigilado, y evitar que nadie acampe.