Jávea.com | Xàbia.com
Buscador

«El amor de madre»

07 de mayo de 2023 - 07:00

No hay nada comparable al amor de una madre. Nunca podremos hallar un amor más puro, limpio y sincero, que el que profesa una madre. Desde el principio de la vida, todos hemos nacido, tras permanecer nueve meses -salvo excepciones-, en el vientre de una mujer. Es evidente que su vínculo sanguíneo, amoroso y nutricional crea una energía y una fuerza amorosa que es imposible que se resquebraje por ninguna causa por dura, complicada y difícil que esta sea.

Las madres siempre están ahí, al pie del cañón, amando, animando y apoyando con una entrega sin fisuras, firme como una roca, sin que ninguna tormenta, huracán o tsunami sea capaz de derribar u horadar el amor hacia los hijos.

Ella nos cuida y nos mima durante nueves meses en su vientre, y después durante toda la vida. No hay ningún contratiempo, por complicado que sea, que pueda socavar el amor de una madre. Si sufres, sufre contigo; si lloras, llora contigo; si ríes, ríe contigo. Si te riñe o se enfada y por algún motivo te ve triste, preocupado o irascible, se acerca a ti a consolarte y acariciarte, y en el fondo de su corazón desearía que tus penas, tus enojos, o tus preocupaciones se las trasladaras a ella para liberarte a ti de cualquier problema. Si te riñe airadamente o cabreada, transcurrido el primer minuto se arrepiente, te pide perdón y te dice la frase ya conocida:
“Lo que acabo de hacerte o decirte me duele más a mí que a ti”.

Por muchos parabienes o regalos que le hagamos a una madre, jamás la recompensaremos como se merece ni le devolveremos el amor que ella siente por nosotros. En estos tiempos en los que se establecido con grandes alharacas comerciales y propagandísticas el “Día de la Madre”, es loable que la obsequies con un regalo material en señal de agradecimiento por amor y afecto hacia ella: un ramo de flores o cualquier otro obsequio.

Sin embargo, sabed, que el regalo más apreciado y el que más le agradará será que lleguéis, la abracéis y beséis de todo corazón. Que ella sienta en su interior, que ese beso y ese abrazo te salen de dentro del alma y no como un requisito de mero cumplimiento protocolario. Y, mucho más importante, ella, con su enorme intuición maternal, comprobará fácilmente si ese minuto en el que te fundes en un abrazo cariñoso con ella, está evestido de amor verdadero. Y, además, observará que, no solo ese día la agasajas, sino que todos los días del año te acuerdas de ella por muchas ocupaciones que tengas. Mirad, el mayor regalo que le podemos hacer a una madre es que, aunque solo sea por un minuto al día la visitemos o llamemos por teléfono para preguntarle cómo está. Con eso basta, y le
habréis alargado la vida un año. No demos motivos a que una madre diga: “Tanto como yo he hecho por mi hija o hijo ya lleva más de un mes sin venir a verme y sin llamarme por teléfono para preguntar cómo estoy”.

La mía hace 25 años que se fue de mi lado, pero, aún, todos los días este presente en mi mente y siento su amor en cada latido de mi corazón.

Juan Legaz Palomares

Deja un comentario

    28.803
    0
    9.411
    1.020