El departamento de Medio Ambiente y Servicios de Jávea ha detectado en la zona del Montgó los primeros pinos destruidos por la plaga del “tomicus destruens”. Según ha explicado el biólogo municipal, Ignasi Astor, el periodo de sequía acusada que se prolonga ya desde hace dos años está debilitando los pinares, lo que facilita la expansión de este insecto.
Desde este departamento se están tomando unas medidas para controlar la plaga y evitar su rápida propagación, consistentes en la tala de los árboles afectados y alejándolos del monte. El problema, señala Astor, es que algunos de los núcleos afectados están en terrenos privados en los que no se puede actuar sin permiso de los propietarios o en puntos de difícil acceso.
Así pues Medio Ambiente pide a los ciudadanos que estén vigilantes para detectar los síntomas del tomicus, que son las copas amarillentas, grumos de resina rodeando agujeros en el tronco y los ramillos de los terminales caídos, y retirar los pinos.
Por otra parte, este mismo departamento está aplicando técnicas de control biológico para controlar la presencia de plagas en el arbolado urbano.
Con este método se reduce el uso de productos químicos de síntesis en la estrategia de jardinería urbana sustituyéndolos por una alternativa más respetuosa con la naturaleza.
El año pasado ya se ensayó un tratamiento de este tipo en las avenidas Puerto y de Ausias March siendo el resultado del tratamiento muy satisfactorio. Es por ello que este año se ha ampliado a las zonas verdes de Avenida Ausiás March, a dos tramos de las calles Botánic Cabanilles y Joan Fuster, al Parque Reina Sofía, la Ronda Sur, Ronda Norte y Príncipe de Asturias.
La plaga principal que afecta el arbolado es el pulgón Aphis gossypii, una de las especies que presenta más resistencias a los plaguicidas. Ahora se va a tratar de acabar con ellos introduciendo insectos beneficiosos como Aphidius colemani o Adalia bipunctata mediante la colocación de unos blisters (cajitas) en los árboles.
