Después de varios meses de sequía en Xàbia, esta mañana, la lluvia ha hecho acto de presencia. No ha sido muy persistente pero si que calaba entre los huesos. Los visitantes han cambiado las chanclas y el bañador por el chubasquero y el paraguas.
Ha sido una mañana ideal para dar un paseo por las calles del centro histórico y comprobar su belleza. La temperatura ideal, sin sol, y apenas gente en sus estrechas calles. Los lugares típicos con gente desayunando en la plaza de Baix estaban desérticos. Los camareros trataban de ir secando sillas y mesas esperando que la lluvia diese tregua.
El Mercado Municipal registró más actividad que de costumbre y en nuestro paseo bajo la lluvia, era obligado hacer un alto en la tienda de Rosendo. Allí su fruta fresca de cada día llamaba la atención invitando a entrar y comprarlas.
Una mañana diferente de verano donde algunos han tenido el privilegio de ver de cerca las plantas y flores que se muestran en una de las calles más bellas del centro histórico de Xàbia.