Cientos de vecinos festejan y honran a Santa Lucía en el día grande de su celebración

El pasado sábado 13 de diciembre, Xàbia se rindió a los pies de Santa Lucía. Desde primera hora de la mañana, cientos de personas fueron ascendiendo hasta la que es la ermita más alta del municipio. Un total de 164 metros de altura que cada año se disponen a coronar muchos vecinos para honrar a la protectora de la vista. En esta ocasión, al ser sábado, la cifra de participantes aumentó de forma considerable contando con una gran afluencia de gente joven.

El municipio se despertó con ganas de fiesta. Desde primera hora de la mañana, las calles respiraron ambiente festivo. Primero con una madrugadora despertá por las calles del Centro Histórico que resonó con fuerza en otros núcleos de la población como en Aduanas del Mar.

A continuación, a ritmo de tabalet y dolçaina, la Colla Xirimitabs animó la romería de los vecinos y vecinas que se concentraron en la Plaça de l’Església para acompañar a la Asociación de Santa Lucía hasta la ermita de la santa. También quisieron acompañarles y celebrar este día de fiesta, los niños y niñas del Juniors de Aduanas del Mar que junto al párroco de Nuestra Señora de Loreto, D. Fernando Mañó, recorrieron el camino desde la iglesia de los marineros hasta San Bartolomé para unirse a la Asociación.

La caminata resultó pesada pero la alegría de compartirlo con los demás peregrinos fue inmensa. La ermita de Santa Lucía se engalanó por dentro y por fuera para la ocasión para acoger a la multitud y durante varias horas su campana, que sólo se escucha por esta fecha, no dejó de sonar.

D. Julián ofició la eucaristía y nombró a los mayorales del próximo año. Un grupo predominado por hombres entre los que sólo se encuentra una mujer y que cuenta con la presencia del párroco de Aduanas. Acto seguido, los mayorales del presente año portaron las imágenes de Santa Bárbara y Santa Lucía alrededor del escarpado terreno de la ermita seguidos por numerosos devotos y las autoridades municipales y eclesiásticas.

La jornada finalizó con el reparto de chocolate caliente y bollería entre todos los allí congregados que poco a poco iniciaron el descenso de la montañeta con el deseo de poder volver a subir el próximo año a visitar a la guardiana fronteriza del municipio.